SPOLIARIUM-MACELLUM BLOG DE MONCADA MEJÍA S.A.S.: BARICHARA

domingo, 8 de noviembre de 2015

BARICHARA - CAPILLA DE SAN ANTONIO-

Fachada

Construida con dinero del señor Narciso Reyes desde 1823.
Iglesia de fachada repúblicana en cemento y carburo blanco, parte de ésta se halla en piedra, acceso con arco de herradura, campanario central de una sola nave.

Nave central

Altar lateral izquierdo de San Antonio

Capilla lateral derecha San Martín de Porres

Altar principal

Altar principal y cubierta

Altar de San Antonio en piedra de doble columnata adosada y arco de media concha

Altar de San Martín de Porres

óleo de Nuestra Señora de Chiquinquirá

Sagrado Corazón de Jesús

San Pedro Claver

Coro

Panorámica nave desde altar

Portón

Fachada

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JUDAS ISCARIOTE

"La verdad es el alma de los honestos. La mentira, el alma de los cobardes. La traición, el alma de los miserables." Víctor Hugo. El Averno de Dante Dante Alighieri en su memorable libro La divina comedia reserva a los traidores el último círculo del infierno, en donde tienen un apartado especial los tres canallas supremos de la historia: Judas Iscariote, Casio y Brutus (los asesinos de Julio César). Dante dividió La divina comedia en tres secciones: Inferno, Purgatorio y Paradiso. «Inferno», escrita a principios del siglo XIV fue, con mucho, la más leída y memorable. En el mundo de Dante, la traición es uno de los siete pecados capitales (el peor de ellos, en realidad), castigado con el noveno círculo del infierno, ejemplificado en el acto de traicionar al ser amado. El acto más conocido fue, el pecado de la traición de Judas a Jesús, una infamia que Dante consideraba tan vil que confinó a Judas a una región situada en el centro mismo del infierno y que llamó Judeca (en honor a su huésped más indigno). El escritor y poeta florentino redefinió la percepción medieval de la condenación eterna. Nunca antes el concepto de infierno había cautivado a las masas de un modo tan intenso. La obra de Dante convirtió el concepto abstracto en algo aterrador. Era una visión visceral, palpable e inolvidable del inframundo. Tras la publicación del poema, las iglesias católicas disfrutaron de un inusitado incremento en la asistencia de «pecadores aterrados» que querían evitar caer en la versión del Averno según la dantesca concepción.

OMAR ORTIZ. Pintor Mexicano

Nace en Guadalajara, Jalisco, México en 1977, donde aún reside. Despierta un gran interés por el dibujo y la ilustración desde temprana edad. Cursa la Licenciatura en Diseño para la Comunicación Gráfica, donde aprende a trabajar con diferentes técnicas como el dibujo, pastel, carboncillo, acuarela, acrílico, y la aerografía. Al terminar sus estudios de Diseño Gráfico decide dedicarse al mundo de la pintura. En el año 2002 Cursa sus primeras clases de Oleo con la Pintora Carmen Alarcón a la cual considera su principal maestra de Artes Plásticas. Actualmente Pinta al Oleo por considerarla la técnica más noble “Desde que comencé a pintar siempre he tratado de representar las cosas lo mas real que puedo, algunas veces lo logro y otras no pero lo que es un hecho es que para mi es muy dificil hacer lo contrario. Disfruto mucho el reto de reproducir los tonos de la piel con luz natural y los matices que nos brinda, particularmente en ambientes muy iluminados. Me gusta mantener la simplicidad en las piezas ya que creo que los excesos nos vuelven más pobres que ricos.”

CORCELES Y CARROS DE FUEGO

Representa la gran guerra entre Dioses y titanes, un gran número de córceles que arrastraban el carro de Helios. Se desconoce el motivo por el cual al final únicamente quedaron tres, y tampoco se conocen sus identidades. Entre los cuatro hermanos, Boreas parece ser el más poderoso e importante, se le representa con apariencia humana, y no como un caballo como el resto de sus hermanos. Cuando el titán Atlas raptó de los cielos a Helios, el Dios del Sol, los Córceles de fuego sin su amo para gobernarlos, llevaron al carro del Sol a la tierra, aterrizando en las proximidades de la ciudad de Maratón. Adentrándose en el templo de Helios, situado en el propio carro del Sol, Kratos debe buscar y despertar a los tres córceles, los únicos capaces de localizar el paradero actual de su dueño e ir hacia él. Para ello Kratos debe liberar sus espíritus, que cada uno de ellos guarda reposo en tres estatuas en su honor repartidas por el templo. Al despertarlos, los córceles de fuego llevan el carro, con Kratos montado en el al inframundo, el lugar donde mantienen preso a Helios. Impedida su entrada al Hades, al ser seres de luz, los córceles son obligados a abandonar a su suerte el carro del Sol y, por consiguiente a Kratos. Los córceles de fuego aparecen, cuando son convocados por Helios para luchar contra los titanes que escalan el monte Olimpo. Más tarde, el Dios Sol montado en su carro llevado por los córceles lucha contra el poderoso titán Perses; cuando Kratos daña el carro, gracias al uso de una ballesta

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domingo, 8 de noviembre de 2015

BARICHARA - CAPILLA DE SAN ANTONIO-

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