martes, 31 de mayo de 2011

PALACIO NACIONAL EN MEDELLÍN -CENTRO COMERCIAL-

FOTOS AL FINAL DEL COMENTARIO


El palacio Nacional se halla ubicado en la esquina de la calle Pichincha y la carrera Carabobo,  de acuerdo a planos levantados por el Arquitecto  Bruselence Agustín Goovaerts,  construido parcialmente entre 1928-1933, terminado y reformado entre 1940-1945 por el arquitecto Pedro Nel Gómez.

El propio diseñador Goovaerts definió el estilo como “ románico modernizado”, construcción que para la época de los años 20 en que Medellín aún era ciudad de provincia,  era extraña y de mucha riqueza de elementos arquitectónicos.

Tiene apariencia de iglesia-catedral, se destaca por la cantidad de arcos de medio punto en su interior y sus columnas cilindrícas,  sus cinco niveles de doble altura,  sus tres torres a un mismo lado, sobre la carrera Carabobo, siendo la torre esquinera de más altura, sus bellas cubiertas en cobre.  Su principal acceso en diagonal muy particular y de bellos detalles, otro tanto para la fachada del Palacio, que en su momento fue más importante que el mismo interior.

Este palacio hasta el año 1982, en que fueron trasladados  los despachos judiciales, era públicamente sitio convencional y colectivo preferido para los suicidas; era tradición de matarse arrojándose desde la terraza del Palacio por los costados de las carrera  Carabobo o la Calle Ayacucho.

Fue intervenido en 1992  durante la presidencia de César Gaviria Trujillo e inaúgurado el 1 de septiembre de 1994 durante la presidencia de Ernesto Samper, adaptado para Centro Comercial  Palacio Nacional


             Foto tomada de VIZTAZ "Un siglo de vida en Medellín"  Panoramica Palacio Nacional









                                                    Vista parcial fachada Carrera Carabobo                                       
                                                                       Modillon
                                                               Molduras alto relieve en arco


                                                                            Pasillos
                                                   Planta patio diferentes negocios de café
                                                       Planta patio con negocios de café
                                       Vista cénefa decorada y moldura compuesta patio interior
                                                           Vista desde patio pisos
                                       Vista disposición locales comerciales en diferentes niveles
                                                  Fachada en diagonal o chaflanada principal

                                                                           Fachadas
                                                                     Vista galerías

jueves, 26 de mayo de 2011

INSENSIBILIDAD A LA INDIGENCIA


AL FINAL ALGUNAS FOTOS DE ESTE TRISTE PANORAMA

Recuerdo que le preguntaron a Demóstenes, máximo orador de Grecia y de la antigüedad, qué podrían  hacer los hombres para parecerse más  a los  dioses .
Y  Demóstenes respondió:
HACER EL BIEN A TODAS HORAS.

La codicia y el poder de un buen número de personas que llamamos pocos ha llevado a muchos otros a la pobreza y la debilidad.

Somos un país profundamente católico y con un gran sentido de caridad pero no de corazón,  hacemos las cosas pensando en otras, hemos perdido la sensibilidad a la generosidad, a dar la mano al necesitado, a emprender tareas , que respondan con  tenacidad ante este flagelo cada vez mayor.

Sentimos dolor ante el sufrimiento ajeno y de momento damos dádivas materiales pero no disfrutamos haciendo el bien a otros, muy pocos dan desinteresadamente, esperan algo en pago.

Cada día fuera de casa, recorriendo la ciudad hacia nuestros  diarios destinos nos encontramos cuadros tan lamentables de hambre, de desnudez, de demencia y de vicio.

Solo queremos alimentar nuestro ego y nuestro propio bolsillo; cada vez los pobres de espíritu más ricos en posesiones materiales y los más ricos de corazón más pobres en necesidades, de otro modo, el rico más rico y el pobre más pobre.

Sería pretencioso e iluso que renunciemos a nuestras comodidades, menos aún, en un sistema como el que hay en nuestro país, donde el imperativo es la ley del menor esfuerzo, y su articulado:  La cultura del robo, del saqueo y de todo lo que beneficie intereses particulares y dejando de lado el bien común.


¿ Qué se puede esperar de un pueblo acostumbrado a ver actuar a sus líderes con injusticias,
   corrupción y atropellos a las instituciones que nos protegen ?