martes, 11 de noviembre de 2014

IGLESIA DEL SANTO CURA DE ARS, BELÉN LOS ALPES –MEDELLÍN-


IGLESIA DEL SANTO CURA DE ARS, BELÉN-MEDELLÍN-

Foto panorámica
La iglesia de casi toda mi vida, de sencilla ornamentación, pequeña, sin fastuosidad alguna.
Se inició desde 1959, levantada con la venta de empanadas, tamales, bazares y de la generosidad, trabajo y sacrificio de una comunidad de la que hacían parte Los Alpes, llamado así por la densidad de pinos y ambiente campestre asemejado al paisaje alpino italiano, Las Mercedes y Las Violetas, unidos en comunidad sacaban piedras y arena  de la quebrada La Picacha y de La Vereda de Aguas Frías en belén, fue así como lograron construir su propia capilla.


Fachada frontal  calle 30

Testigo de mi niñez, mi primera comunión, mi confirmación, las bodas de oro de mis padres y donde actualmente reposan las cenizas de mis padres y mi hermano.

Parroquia creada por el Excelentísimo Señor Tulio Botero Salazar, bajo el decreto arzobispal número 132 del 2 de octubre de 1959. Tomó el nombre del patrono de los sacerdotes San Juan María Vianney, el cura de un pueblo francés de nombre Ars; por ese año se celebraba el centenario de su muerte.

Nave central, al fondo mural

Ante el crecimiento poblacional del barrio Los Alpes en Medellín, se vio la necesidad de levantar un templo y fue nombrado como párroco el Sacerdote Abel Díaz López, quien duró un año liderando la labor pastoral en la Iglesia.
En 1960 llegó Monseñor Tulio Herrera Hoyos (+), quien fue el constructor, mi confesor y gran amigo, continuando su labor pastoral por 19 años, para luego pasar como sacerdote en La Catedral Metropolitana de Medellín, terminando allí su vida religiosa. Actualmente reposan sus restos en la iglesia que el construyó con tanto esmero y gusto, desde 2012, año de su muerte.   
El gran promotor de la iglesia, Monseñor Herrera nació en Granada Antioquia, el 16 de abril de 1923, párroco desde 1960 a 1979, época en la que levantó con dificultades la actual iglesia; muchos años después, le cambiaron el piso, ornamentaron columnas, restauraron altares laterales y colocaron el cielo falso blanco (ver foto al final )
                                                               

Mural presbiterio
Lo más sobresaliente del templo es su gigantesco mural  en el presbiterio nave central, el baptisterio y el bello ambón, de la época en que se inició la construcción.
 El mural fue pintado por el monje benedictino español catalán padre Martín Canyis Rovira (25-sept-1912 / 17-sept-2005) en 1966[ver fotos del Monje Martín Canyis Orden de San benito(O.S.B.) al final de todo éste registro] , donde resalta episodios de la vida de Jesús desde su bautismo hasta la ascensión al cielo, ser cristiano y seguidor de Cristo desde nuestro bautizo, viviendo, recordándo y asumiendo nuestra santidad a través de la Eucaristía y lograr al final de nuestra vida transitar con Cristo Jesús los caminos celestiales  . Predomina el azul del agua, de la vida;  el negro simboliza la oscuridad y el rojo del amor y la pasión de Jesús; "Soy la luz del mundo. Quienquiera me siga no recorrerá en oscuridad, sino tendrá la luz del mundo", Jn. 8:12.  Si observamos el mural en detalle, hay cinco elementos en rojo: Las mujeres miróforas llevando aceites, fragancias y mirra, elementos para embalsamar los muertos, el cáliz Eucarístico como manifestación sacramental del misterio pascual, la corona de espinas martirio de Jesús, el hombre como ser salvado por la pasión , muerte y resurreción de Jesús y la franja roja cerca al toro o buey indicando la pasión de Jesús. 
Las escenas de Jesús en la tierra se situan en la parte inferior, resaltando la vida de Jesús en el mundo, al lado derecho arriba de la última cena tres figuras que representan a Judas recibiendo el pago por la entrega de Jesús o los elementos para embalsamar a Jesús, más arriba la letra"M" significando la muerte como paso a la Vida Eterna y la línea en blanco la ascensión al cielo.  Canyis lo hizo bajo la técnica del esgrafiado, que es “una técnica de representación pictórica que consiste en la aplicación sucesiva de capas de mortero pigmentadas con minerales, que se dejan secar y luego se hacen incisiones y tallas con espátulas, formones y otras herramientas (…)”.
Sobre el azul y el negro, que son los colores predominantes de la obra, se resaltan en rojo algunos elementos como la corona de espinas del cordero, las especies eucarísticas de la última cena y los aromas para embalsamar cadáveres  con los que las mujeres que visitaron el sepulcro pretendían ungir el cuerpo de Cristo. Otros dicen que es la bolsa de 30 monedas que llevaba Judas.
Frase muy recordada del Padre Martín Canyis Rovira, plasmada en el mural : "El hombre participa de la realidad divina mediante el símbolo que hace visible lo invisible y permite expresar lo que sabe y no lo que se ve".                                                                                                                  ¿Quién fue el padre benedictino Martín Canyís Rovira en el arte litúrgico?.  Ingresó al monasterio de Monserrat (Barcelona) en 1923 a los 10 años, el maestro del pueblo Jaime Trujols expresó al monasterio que Canyís era muy dotado para las artes, comentario que no pasó desapercibido para el padre Celestino Gusi, el cual había estudiado pintura en Roma con el maestro Fabrés y, éste comenzó a darle clases de dibujo. En el año 1928 le asignaron el taller monástico de miniatura, que el padre Romualdo Bolx había dejado libre. Al final de sus estudios eclesiásticos fue ordenado subdiácono por el Cardenal de Toledo Isidro Gomá; estalló la guerra civil española en 1936 y apresado por 16 meses en la cárcel modelo de Barcelona con otros cuatro monjes, Martín y compañeros elaboraban medallas de galalit y las vendían a los demás presos, hasta que el 14 de noviembre de 1937 fueron liberados.  Salidos de la cárcel se hospedaron en la casa de la sobrina del padre Ambrosio Caralt; el día de la Inmaculada Concepción llegó el padre Jorge Riera, diciendo que "si quieren hoy salir al extranjero por mar, pueden", era la oportunidad esperada, nos embarcamos en el SARREBROOK, que estaba en el puerto cerca del monumento de Colón, Barcelona, entre contratiempos y dificultades, duramos 13 días en el barco, náufrago y llegamos a Séte y, luego en tren llegamos a Marsella, donde estaba el padre David Pujol. Martín y Estanislao Liopart, como no éramos sacerdotes, nos enviaron al monasterio belga de San André-lez-Bruges, donde ya estaban otros cuatro monjes de Montserrat: dos hermanos de apellido Guido, Dámaso, Ireneo y Felipe. Martín y Estanislao pasaron un mes en París, mientras se resolvía el ingreso a Bélgica, hasta que el Abad de San André, Téodore Néve, logró ingresarlos a Bélgica. Semanas después llegó Monseñor Jean de Hemptinne y ordenó diácono a Martín y, al cabo de poco tiempo llegó el primado de China, Monseñor Paul Yu-Pin y ordenó sacerdote a Martín Canyís el 16 de marzo de 1938; en mayo de 1938, logró llegar a París a la abadía de Santa María de la Source.  Aquí el padre Celestino Gusi, dio el aval para que estudiase arte en París. Inició clases de arte sagrado con Maurice Denis y Carlos Ventrillon-Horber; estudió también en la academia Julián, en la Grande Chaumiére y en la Colar-Rosi, además trabajó un año en Monserrat con el pintor Pedro Pruna, compañero de Picasso.  A raíz de la segunda guerra mundial, el 1 de septiembre de 1939, huyó de París y nuevamente se encontraba en el monasterio de Monserrat y estuvo por 9 años como sacristán y mayordomo, por orden del Prior Aurelio Escarré, de hecho al prior no le gustaba mi arte. El abad Escarré le permitió hablar con el arquitecto Folguera, sobre los nuevos proyectos que surgían para el monasterio de Monserrat, como la sacristía, escalas del Camarín de la Moreneta y la fachada del Monasterio, en ésta última se involucró notablemente  Después de ese tiempo el Prior lo mandó a Israel  a vender una casa de propiedad del monasterio, viviendo en el Instituto Bíblico de los padres jesuitas en Nazaret, después de meses recibió la orden de viajar a Medellín en septiembre de 1955, para reforzar la fundación monástica de Envigado, inaugurada en 1954. y alojado en la casa Mora monástica. El padre David Pujol, prior del monasterio y el padre Víctor Wiedeman, párroco de Santa Teresita de Laureles, contrataron mi primer trabajo de 14 vítrales, luego más encargos en más de 50 recintos religiosos, entre iglesias, catedrales y conventos.  El trabajo más grande duró 12 años,  en el Santuario de Fátima en Calí, contrato apoyado por el metalista de Barcelona Javier Corberó, quien le mencionó a la Reverenda Madre Josefa Margarit, que Martín Canyís era la persona que ella requería para toda la decoración del Santuario. Aún viviendo en casa Mora llegó mi protector artístico el padre Celestino Gusi, -desde mis 10 años cuído de mi formación artística- como abad general de la Congregación Benedictina de Subíaco; años después regresé a Monserrat cuando el padre Gusi estaba muy enfermo y asistí al funeral acompañado de sus hermanas Pilar y Antoñita. De regreso a Medellín siguió estudiando las armonías geométricas de las joyas prehispánicas del oro, era curioso la perfección sin estudio ni diseños ya establecidos de los indigenas; como decía Bolivar: "A este país lo guió un instinto que puede llamarse sabiduría de la naturaleza misma. No había modelos conocidos para sus creaciones y sus doctrinas no tuvieron maestros ni ejemplos, por lo que todo en el aborigen fue original y tan puro como la inspiración que viene de lo alto". Ya establecido en Usme y con un borrador escrito de mis estudios.                                                            Un buen día se presentó el presidente Belisario Betancur con todo su séquito, al monasterio de Usme, tuve allí la oportunidad de hablarle de la orfebrería colombiana como forma de pensamiento y medio de expresión es una filosofía de transformación y entendimiento de la naturaleza,  y lo más sorprendente como lo expresó René Huyghe: "El objetivo del artista no es ni una figura ni color, es el alma o el mundo invisible". Todo esto encantó al doctor Belisario y ordenó a su secretario que se imprimiése el libro escrito por Martín Canyís "Nociones generales de arte y belleza", 1958.                                                                                                                                            El padre Pedro Busquets, arquitecto y monje daba clases en el Seminario de Medellín, y me propuso dar clases de pintura en el Seminario, lo cual acepté, conociendo un seminarista alumno excelente en el manejo del lápiz, supe luego que el Municipio de Medellín le había encargado trabajos para la decoración de una estación del metro de Medellín. Mi nacionalización ocurrió el 11 de julio de 1972 con la ayuda del doctor Pedro Ángel y su esposa María Teresa Carvajal.
             REGISTRO PARCIAL FOTOGRÁFICO DE ARTE LITÚRGICO: CALICES, COPONES, PINTURA, CRUCIFIJOS,  MONASTERIO GUATAPÉ Y LÁPIDA EN GUATAPÉ  DEL MONJE BENEDICTINO MARTÍN CANYÍS ROVIRA.

 












Base para cirio pascual



Ambón

Base de soporte ara (mesa del altar)

Mural en teselas de cerámica

Pintura arriba del ara y crucifijo

Monasterio de Guatapé donde Martín Canyís vivió y murió allí.

Lápida actual registrada abril 2025, cementerio privado monasterio de Guatapé. Su epitafio: "Se mantuvo firme como si viera al invisible" Heb. 11, 27a 

En el año de 1998, el rector de la U.P.B., padre Gonzalo Restrepo y el padre Eduardo Toro, discípulo de Martín, quisieron que presentara una exposición de arte litúrgico, primera y única presentación.  Decía el monje benedictino Martín: "que el arte es un medio expresivo de algo invisible. No tiene fin en si mismo. Es esencialmente arte de iglesia, hecho para la colectividad de los fieles. La liturgia es el cielo sobre la tierra, es una manifestación terrestre del mundo celestial. El culto litúrgico es una anticipación de la liturgia invisible del más allá. De aquí que las realidades que se usan en el culto no son más que reflejos e imagen de las realidades sobrenaturales existentes en Cristo. Cristo continúa su vida evangélica en el mundo, no en la anécdota ni en la ficción sino en el misterio. Las obras de arte participan de este misterio y ayudan a manifestar a los fieles esta vida invisible de Cristo. En el arte litúrgico se sacrifican los elementos que no conducen a este fin como son: volumen, peso, perspectiva, gran parte del dibujo y toda clase de realismos. Aquí se desarrollan la pintura plana, los tonos llenos, el ritmo y la línea. Yo creo haber obtenido en mi arte litúrgico la representación del más allá con medios originales y económicos, sin traicionar la naturaleza divina de los Misterios de Cristo. Creo que aquí está mi aporte original".   Los trabajos de arte del padre Martín como vitrales, relieves, custodias, copones, calices, murales, mosaicos, esculturas, mobiliario litúrgico, grandes estucos y remodelaciones arquitectónicas, abarcaron ciudades como Medellín, La Ceja, Paipa, Tunja, Garzón, Neiva, Cartago, Palmira, Sincelejo, Bogotá, Pereira, Pitalito, Bucaramanga, San Gíl  y Puerto Rico.    
No cabe duda que hablar sobre la obra artística del padre Martín Canyís Rovira, sería tema para un espacio más detallado. Queda aún mucho en el escritorio por explicar, del arte litúrgico de Canyís, trabajado y dedicado a la gloria de Cristo y servicio del pueblo de Dios.

Nave central ángulo izquierdo


Después de Monseñor Tulio Herrera Hoyos, le siguieron:
Presbítero Ismael Mejía Benjumea ( 1979-1982)
Presbítero Guillermo Botero Londoño (1986-1987)
Presbítero Julio Vélez Ochoa ( 1987-1994)
Presbítero Gustavo Velásquez Corrales  5 meses en 1994
Presbítero Luis Enrique Bonilla Arenas (1994-2001)
Presbítero Luis Humberto Restrepo (2001-2006)
Presbítero  Wilson de Jesús Alvarez Herrera
Presbítero actual Diego Aurelio López
Nave lateral izquierda


En el 2009 se celebró el jubileo parroquial que coincidió con los 150 años de muerto el Santo Cura de Ars, además  se inauguró el Centro de Evangelización y Cultura.
En el 2009 el papa Benedicto XVI, lo proclamó Patrono de todos los sacerdotes del mundo

La parroquia cuenta actualmente con las siguientes comunidades pastorales:
Proclamadores de la palabra, servidores del altar, Legión de María, Grupo bíblico, pastoral de la salud, ministros extraordinarios de la Eucaristía, Cómite de la caridad, Catequistas de primera comunión y confirmación, grupo misionero, comunidad juvenil, ministerio de música infantil, talleres de oración y vida, grupo de oración y alabanza y costurero parroquial.
 

Vista parcial nave central dividida por apórticados de la nave lateral derecha
Vista tomada desde el altar hacia el atrio
Nave central y nave lateral izquierda
Vitral en fachada principal, en el inferior "Jesús el buen pastor"
Detalle mural: Parte superior derecha tres figuras, uno de ellos con una bolsa representando a las mujeres miróforas(María Magdalena, María la madre de Jacobo y José y Salomé la madre de Jacobo y Juan), que llegan con la intención de ungir a Jesús muerto y a su lado derecho una piedra redonda indicando que la tumba está abierta y Cristo Jesús Resucitado va hacia su Padre; en la escena de la Última Cena vemos alrededor de la mesa a sus discípulos, tres de ellos aparte referenciando a Pedro, Santiago y Juan, quienes en la historia son testigos fundamentales de las grandes obras de Jesús.  En la parte inferior  esquina derecha, Judas huyendo con la bolsa de monedas, rechazando con su mano izquierda las enseñanzas de Jesús y con la otra sosteniendo la bolsa con sus 30 monedas de plata. A un lado de la cena,  vemos en el mural  los elementos de la pasión de Jesús, el mazo y los clavos.
Detalle mural: Bautismo de Jesús, las lenguas de fuego simbolizan la venida del espíritu santo,  en el extremo izquierdo en letras " Dios le ungió con el Espíritu Santo y Poder". Un detalle interesante es la posición y significancia de  Jesús en el agua, sus manos; la izquierda sumergida en el agua símbolo de que Cristo Jesús era débil como nosotros y la derecha está fuera del agua indicando su victoria sobre la muerte.   Las tres figuras con velos simbolizan las tres tentaciones de Jesús en el desierto: 1. Convertir piedras en pan;  2. Lanzarse desde el templo de Jerusalén y 3. Todos los reinos del mundo y la gloria para Jesús. 
El cordero, animal de sacrificio por excelencia, simboliza al hombre justo, clara alusión al cordero que salvó a los Judíos con su mirada al trono celestial, pero antes debería pasar por la pasión simbolizada por la corona de espinas que lleva el Cordero en la boca.
Se destaca curiosamente que el único que llamaba a Jesús "Cordero" es el evangelista Juan.

Detalle mural



Aquí  vemos en la parte superior el trono del Padre con el crismón de Jesucristo, en el arte bizantino el trono del padre sería Pantocrátor, aún así es el Padre quien está en el trono y no Cristo Jesús, sinembargo hay dos textos del Apocalipsis 1,4 ("De Juan a las siguientes Iglesias de Asia: les deseo el  favor y la paz de parte de Aquel que es, que era y que será, de parte de los siete espíritus que están ante su trono") y 3,21 ("Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono") en las que se expresa a Cristo sentado en un trono sea propio o del Padre; a su alrededor una figura tetramorfa cuya representación puede hacer referencia a la visión del profeta Ezequiel, cuando describe cuatro criaturas que de frente tienen rostro humano y de espaldas rostro de animal. También pueden sugerir cuatro ángeles zoomorfos que rodean el trono celestial.
El hombre se asocia a Mateo, el león a San Marcos, el toro a San Lucas y las alas alrededor del trono al más abstracto y teólogico, San Juan , es decir los cuatro evangelistas, pilares de todas las enseñanzas de Jesús, escritas por ellos.
Si detallamos siempre al lado izquierdo estarán representados: Juan con el águila que significa Ascensión y a Lucas con el buey o toro que significa Pasión.
Al lado derecho estarán representados: Marcos con el león que significa Resurrección y a Mateo con el ángel que significa Encarnación de Cristo.

Mural 24102021
La alegoría centrada (círculo rojo) en el mural es difícilmente descifrable de manera intuitiva; observamos dos brazos que entrelazan sus manos cerrando la totalidad temporal del mundo, con su lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia; pero el brazo izquierdo se rompe en partículas, quiere esto decir, que la salvación de Cristo rompe el mundo y de manera semejante hombre o mujer deben romper con el pecado y ganar la Gracia mediante la Fe recta, la esperanza
y caridad perfectas.  Observamos bajo las manos la extensión del hombre saltando del mundo terrenal al espiritual y no aparece como oposición entre ellos, ambos planos se unen; el brazo derecho tiene una extensión elevada, puede significar que Cristo  abarca además del mundo el mundo, el universo completo.
En el círculo verde, parece que las manos se apoyan sobre una roca, interpreto esto como símbolo de Pedro, primer Papa o jefe de la iglesia: "y yo te digo que tú eres Pedro y sobre ésta piedra construiré mi iglesia y el poder del infierno no la derrotará", Mt.16-18.
En la elipse amarilla, vemos la figura de un monje benedictino (el autor del mural antes mencionado es Martín Canyis Rovira, monje benedictino)  en actitud de adoración y nos señala "Recordemos su pasión, Resurrección y Ascensión", no como recuerdo de memoria, invitándonos a que el recuerdo es la vida.
En los cuadros marcados en línea blanca, ya antes mencionado, vemos el Cordero de Dios hombre próximo a ser inmolado,  arriba derecha, el Cordero de Dios hombre, vence la muerte (observen la M, sin la muerte, no hay redención ni salvación) y asciende al Padre.
De manera muy personal, siempre me he cuestionado ( ver zona demarcada en cruz color naranja), en la última cena del Señor, el siete en la silueta del cáliz del Señor: el siete se menciona más de setecientas (700) veces en la biblia, sólo en el Apocalipsis se menciona más de cincuenta (50) veces; ejemplos tales como, siete los pecados capitales, siete las virtudes, siete sacramentos, siete dones del Espíritu Santo, siete preceptos de la iglesia, siete los signos de la pasión de Cristo, hay siete cielos, la menorá tiene siete brazos, la bestia del Apocalipsis tiene siete cabezas y Zacarías evoca los siete ojos de Dios. Desde lo simbólico, siete son los demonios que salen de María Magdalena, el justo cae siete veces al día y cuando Pedro preguntó cuántas veces debía perdonar a su hermano, Jesús le respondió setenta veces siete.
Su simbolismo religioso, también está presente en otras religiones monoteístas. 
En palabras de Paul Evdokimov: " El mural convierte el espacio en una reflexión en la Fe, provoca en las personas un encuentro con Dios; convertido este, en un Sacramento Teofánico; pues Dios asciende y establece su morada en la obra"   

AMBÓN
Las siguientes tres fotos corresponden a un "púlpito", donde se lee la primera lectura, salmo responsorial y segunda lectura
 De madera finamente tallado. Trataré de dar una explicación a mi modo de ver del tallado de los diferentes símbolos: Los cinco puntos representan cinco rollos del  Pentateuco, que se compone de los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. La figura antropomorfa sugiere una figura orante con las manos alzadas, representación del alma del fiel, la cual da gracias a Dios; en la parte inferior algún elemento natural, animal o planta de la imaginería colonial. Las líneas verticales representan a Dios descendiendo sobre la humanidad. 
 
Ambón
La mano representa al Todopoderoso, creador del cielo y la tierra, la cabeza de toro o buey representa al evangelista Lucas que trata extensamente la pasión y sacrificio de Jesús en la cruz; más abajo vemos el rostro de un diablo, antes de rebelarse contra Dios, era el serafín más cercano al trono de Dios, llamado Luzbell, por su condición de jefe poseía 12 rayos según el Antiguo Testamento.
En la partre inferior un pez que representa a "Jesucristo Hijo de Dios Nuestro Salvador". Pez en griego  ΙΧΘΥΣ, ['ix.θys], que traduce "Iēsoûs CHristós THeoû hYiós Sōtér".
El crismón de Cristo y la relación con la espada se debe a que las dos se levantan contra el mal, a su lado principio y fin; más abajo vemos el monograma de María, todos unidos como un todo para la gracia de la humanidad.




Ambón
Vemos aquí  de arriba hacia abajo, el fuego como símbolo de purificación, un águila símbolo del sol y de Cristo, se relaciona con los ángeles y con los estados espirituales y es el atributo zoomorfo de San Juan y de su evangelio.
Más abajo vasijas que son símbolo del agua de la Vida en Cristo, extremo derecho una espada símbolo de Pablo de Tarso, apóstol de los gentiles o de las naciones.  
Al final se remata con un "tao" o tánatos en griego presagio de la cruz de Cristo, bien dice Ezequiel 9:4:" Recorre la ciudad de Jerusalén y coloca una señal (tau) en la frente de quienes giman y hagan lamentación por todos los actos detestables que se cometen en la ciudad"


Base en piedra blanca que soporta el ara (altar), representando una canasta o cesta de juncos trenzada con granos de trigo y pan: el pan y el trigo son símbolos de fecundidad, razón por la cual el trigo simboliza la iglesia diseminada por todo el mundo y el pan representa la eucaristía, signo de bondad de Dios hacia los hombres. La canasta  es ampliamente mencionada en los evángelios; "la canasta de provisiones no escaseará. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar". Deuteronomio 28:5; porque la bendición de Dios ha sido prometida a esta canasta
Detalle base ara

Sede o cátedra altar central en madera
Símbolos de la pasión de Cristo tallados en madera, sede presbítero
Recordemos que los símbolos tradicionales de la Pasión de Jesús: 
1. La última Cena.
2. Oración de Jesús en el huerto de los Olivos.*
3. El Prendimiento.
4. El camino al calvario.*
5.La Crucifixión.* 
6.Descendimiento y entierro de Jesús.
*En el espaldar de la silla hay tres representaciones de la Pasión de Jesús: Parte superior izquierda la oración de Jesús en el huerto de los olivos representado por una montaña, y montaña en lenguaje bíblico significa un reino. Derecha arriba el camino al calvario que llega justo al elemento más representativo de la pasión,  la corona de espinas. Dentro de ella vemos tres cruces que marcan la crucifixión:  la cruz de Jesús centro y las de los lados representan a los reos Dimas y Gestas  y al lado derecho inferior tres clavos unidos. Más arriba vemos un trozo rectangular de punta, significando el Lignum Crucis(un trozo de madera de la cruz) y un poco más arriba, algunos atributos de la Pasión de Jesús; la lanza que llevaba el centurión Cayo Casio Longinos y se la incrustó a Cristo en el costado derecho, la escalera, una esponja donde Estefatón  le dió a beber  a Jesús  vino y vinagre y posiblemente el sudario de Cristo y los bastones de los soldados fijándolo al piso donde los soldados lo jugaron y lo echaron a la suerte.
Debo admitir que la iglesia a la cual pertenecí cuarenta y cinco años tuviese tanta riqueza simbólica, toda ella representando episodios de la vida de Jesús en el  mural, base ara, cátedra presbítero a excepción del ambón que simboliza escenas del Antiguo Testamento  y del Nuevo testamento, vale decir que en éste se hace referencia a la Madre de Jesús( ver nota explicativa ambón)      

Altar lateral nave izquierda estatua del Santo Cura de Ars, relativamente la ornamentación es reciente.
Ver biografía del cura de Ars.   http://webcatolicodejavier.org/SantoCuraDeArsBio.html
Los siguientes retablos son óleos en madera tratada y protegidos por trementina, seguramente el autor mezcló una proporción precisa de aceite de linaza y trementina, que varía según las preferencias o experiencia del pintor. El autor de este viacrucis, el maestro Francisco José Morales Londoño (1916-2002); los datos de los retablos y su vida me fue dado por Clara Morales, su hija.

Indagar sobre este pintor caldeño, es adentrarse en una biografía muy particular, debido a la vida y formación de este artista que desde sus inicios, se aleja un poco de los grandes maestros antioqueños como: Francisco Cano, Pedro Nel Gómez, entre otros. Morales de extracción nació en Caldas en el año de 1916 en el hogar conformado por Isaías Morales Restrepo y María Londoño Cardona.
Vecino y amigo en el Barrio Los Alpes




Don Francisco formó y perfeccionó su pincel, gracias a los estudios en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá formado por profesores como bajo la dirección de Domingo Moreno Otero, Miguel Díaz y Sergio Trujillo que habían sido discípulos de Francisco Antonio Cano, donde llegó gracias a una beca otorgada por el concejo de Caldas en el año de 1934, subvención asignada gracias a la gestión de su padre Isaías, quien con la firme intención de ayudar más al progreso del talento de su hijo y en parte influenciado por los comentarios hechos por una delegación de Bogotá, que visitó la fabrica Locería Colombiana, donde a la edad de 15 laboró como decorador de loza, los visitantes entonces recomendaron que este fuera a estudiar a la escuela mencionada. Basados en esta sugerencia padre e hijo buscaron mediante la gestión, ante la corporación edilica la ayuda para estudiar dibujo y así profesionalizarse en la pintura, este proceso fue desde le año 1932 hasta 1934, la crisis económica vivida a escala mundial, lo cual generó dentro de la localidad déficit de presupuesto que atraso un poco la beca para Morales, a fines de 1934 este ente exigió al menos una explicación coherente del por que este no estudiada en la capital del departamento, ante lo cual contesta lo siguiente:
 “En la escuela de pintura de Medellín sólo se dan tres clases semanales a los alumnos, los días lunes, miércoles y viernes, de las cuatro a las seis de la tarde con un costo aproximado de $12.15, así: beca $4.oo tiquetes ida y regreso y por doce comidas en el mes $6.oo, como ya os dije, el estudio en esta escuela sólo se circunscribe a la pintura y a clases muy cortas."

Estos informes dan al menos una visión de la entrega y dedicación que Morales quería dar a su formación, además ilustra sobre las escuelas de arte más populares en Colombia por aquella época, Bogotá entonces representó el sitio más idóneo para la preparación de este tipo. Fue así como en comunicación del 22 de enero de 1933 se le informó al joven Francisco Morales que le fue asignada una pensión de 7,75$ para sus estudios en la Escuela de artes de la capital, al fin su talento sería bien encaminado en la mejor institución de este tipo en el país, aptitud reconocida por la gente más reconocida en la localidad pues la petición estaba respaldada por: el presbítero Pedro Luís Álvarez, el industrial Bernardo Wolff, el comerciante Bonifacio Ángel, el juez municipal Apolonio Correa entre otros, demostrando de esta forma la relevancia y aceptación entre los habitantes de Caldas de la paleta de Morales.
 Instalado en Bogotá, sus profesores se asombraron con las habilidades demostradas por este, según las cartas firmadas por el maestro León Cano, Morales destaca por su amor al arte y su aplicación al estudio, cualidades que llevaría el pintor durante toda su obra y vida, la cual fue un esfuerzo constante por darle un valor académico, no sólo a su formación sino también a su obra.
Los primeros años como profesional del arte, fueron destinados para la creación de su propio nombre en el panorama pictórico del país, logro alcanzado en parte a su participación en la VII exposición de Pereira, que a fines de 1938 otorgó medalla de oro y diploma de primera clase. Años posteriores funda con el señor José Horacio Betancur, la Casa de la Cultura de Medellín, allí dictó clases de dibujo y pintura, idéntica labor desempeñó en el Instituto de Artes Plásticas, luego facultad de artes de la Universidad de Antioquia, además como ilustrador , retirado en 1979.
 
 Al observar sus cuadros es evidente la influencia de maestros académicos como Francisco Cano, además de haber sido heredero del neo clasismo, regido por un concepto figurativo a una gama reducida de colores, Dorian Flórez describe de la siguiente forma su paleta: Se caracteriza por su sencillez, el moldeado exacto y las entonaciones grises y violáceas, dispuestas en grandes planos que le dan un aspecto de modernidad, lo alejan de su escuela y lo emparentan con los realistas simbólicos. Este olvidado caldeño dedicó parte de sus cuadros al retrato donde logró plasmar en pinturas como: “Don Miguel de Aguinaga, Simón Bolívar y el Julio Vives-Guerra, alcanzando el patetismo dramático en oleos como Salomé y Cristo Muerto.
 El contexto en el que Morales estudia artes plásticas es hito dentro de la misma historia del arte en Colombia, la entrada de gobiernos nacionales que permitieron a la educación recibir una orientación laica, situación que reflejo en la pintura una apertura a nuevas tendencias y estilos que facultaron una formación más universal a los alumnos inscritos en las escuelas de Bellas artes de Bogotá y Medellín, mirada que se refleja en toda la obra de Morales, sus cuadros contienen tendencias que van desde el retratismo hasta el surrealismo.
Pintor Viacrucis iglesia Santo Cura de Ars Francisco José Morales Londoño

Detalle de retablo al óleo del viacrucis, las otras trece estaciones son similares



 Sagrario
 Baptisterio en piedra blanca de una sola pieza
Actual remodelación cubierta año 2015
A continuación algunas fotos del Benedictino Martín Canyis Rovira(25-09-1912 / 27-09-2001),  pintor benedictino del mural.  




Año 1998

Mural( aproximadamente 210 mt2) del Padre Benedictino Martín Canyis Rovira, 1966
Una enseñanza de la actividad de Jesús en la tierra, desde su Bautismo hasta su Ascensión a los cielos.
Un mural que nos recuerda la ciudad terrestre y la ciudad de Dios, escrito por Agustín de Hipona en su libro "La Ciudad de Dios"; o lo que nos recuerda que el alma se repliega dando paso de nuestra vida corporal a otra vida, la espiritual. Aquí es donde me doy cuenta que la muerte es nuestra compañera de viaje, camina con nosotros, por eso es que a lo largo de  nuestras existencias estamos llamados a los buenos principios y las más sanas virtudes: "mutatis mutandis"
Además algo más sorprendente en el mural, la figura del pintor quedó plasmada allí, al igual que la de Monseñor Tulio Herrera Hoyos, justamente el pintor  como apóstol de la última cena, el rostro que tiene la cogulla bien colocada, hábito monástico de un benedictino.
Definitivamente toda la exégesis del mural y cátedra del presbítero corresponden a una interpretación de los últimos días de Jesús en la tierra, su pasión , muerte y resurrección interpretando lo conocido y lo desconocido, lo olvidado y recordado, lo presente y lo ausente, nuestra fe y la duda sobre ella.
Aquí se nos refleja una mediación entre la esperanza de la humanidad y nos recuerda nuestra condición temporal en búsqueda de la perfección.

Les dejo aquí un link para que observen las diferentes reliquias de la pasión de Jesús en diversos templos del mundo:

https://www.youtube.com/watch?v=tBTDaWpPc4g

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