martes, 23 de junio de 2020


IGLESIA DE SAN IGNACIO Y CAPILLA DE SAN JOSÉ UBICADA AL INTERIOR DE LA IGLESIA DE SAN IGNACIO -BOGOTÁ-
                         
Fachada frontal
El 30 de abril de 1604 el Padre Diego Torres se embarcó con 45 misioneros, de los cuales 5 continuaron con él hasta Santafé: P. Martín de Funes, P. Joseph Bautista Coluccini. P. Pietro Grossi, P. Gonzalo Nuñez, P. Pablo de Torrellos y PP. Hernando Nuñez, los cuales venían a dar inicio a un Colegio de la Compañía de Jesús(Jesuitas), en una casa ubicada donde hoy se encuentra el Colegio de San Bartolomé.
La construcción del templo de San Ignacio se inició el 1 de noviembre de 1610, año de la beatificación del fundador de los Jesuitas, Ignacio de Loyola. El autor del diseño fue el Padre italiano Juan Bautista Coluccini(1571-1641); acompañado en la obras del templo  por el Hermano español,  Andrés Alonso posiblemente el autor del edificio  del Colegio, llegando a Santafé entre 1607-1608; el español P. Pedro Pérez, llegó a Santafé en 1612 y el italiano P. Marcos Guerra que llegó en 1634, el cual ayudó en la definición de la fachada, de la torre, de la bóveda y la construcción de la cúpula.
Igualmente el alemán jesuita Diego Loessing autor de muchos de los altares, tabernáculos, púlpito y los enchapados del coro y los corredores , y Rafael Ramírez. 

Nave central
Se consagró solemnemente  el 29 de julio de 1635, bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. En 1636 se da por terminada las obras de fabrica y finalizada en 1691. Reconstruida en 1694 por el italiano Hermano Milán
Por sismos de 1743 y 1785 , sufrió transformaciones y como encargado de las obras de reconstrucción después de 1785 se nombró al ingeniero militar Bernardo Fernández del Anillo; la restauración de la cúpula fue acometida en 1804 por el arquitecto Fray Domingo Petrés.

Restaurada durante 14 años (2003-2017) y abierta al público únicamente sábados para la misa de 10:00 a.m. a 11:30 a.m.

Altar principal 1635-1640
Retablo e imaginería pintada, dorada y esculpida con varios órdenes de arquitectura, atribuida al ebanista alemán jesuita  Diego Loessing(1616-1675), imágenes en bulto de nueve santos Jesuitas ricamente estofados.Consta de tres cuerpos, cinco calles, mesa de altar, sotabanco, banco, sagrario, tabernáculo y remate, su obra incluye además las tallas del altar de las Reliquias, el altar de Jesús caído y los artesonados del coro, el púlpito, la capilla del rapto y la antesacristía(ver fotos más abajo)
Los jesuitas oficiaron sus ceremonias religiosas hasta 1767, año en que fueron expulsados, y la iglesia pasó con el nombre de San Carlos en honor al rey Carlos III, hasta que les fue devuelta en 1891.
La arquitectura del templo está entre lo renacentista y lo barroco.
Restaurada durante catorce(14) años y abierta al público en el año 2017 
Las siguientes cinco(5) fotos corresponden al altar principal

Detalle altar central
En el ático o remate vemos el Sagrado Corazón en el centro y a su alrededor algunos santos devotos.
En el tercer cuerpo flanqueando San Pedro y San Pablo, de izquierda a derecha S.J. San Juan Berchmans, al centro la Virgen Inmaculada Concepción y derecha S.J. San Estanislao de Kostka.
En el segundo cuerpo de izquierda a derecha, S.J. San Pedro Claver, S.J. San Francisco Javier, S.J. San Ignacio de Loyola centro, S.J. San Francisco de Borja y Hermano San Alonso Rodríguez.

Detalle altar principal
En el primer cuerpo de izquierda a derecha, S.J. San Francisco Jerónimo, al centro el Sagrado Corazón de Jesús y a la derecha San Luis Gonzaga.
Detalle altar principal, de diversos órdenes arquitectónicos, dorado, esculpido y atribuido al S.J. alemán Diego Loessing


Detalle altar principal

Predela con figuras indígenas y ornamentación vegetal, al centro escudo de los Jesuitas con el monograma de Jesús "IHS"(Jesús Salvador de hombres o Jesús salvador de Jerusalén), en los extremos de la elipse dos conchas o veneras, símbolo de las peregrinaciones o símbolo de una orden militar.   

Capilla del rapto 1740 o llamada también "El éxtasis de San Ignacio" del escultor español Pedro Laboria(1700-1770), cuenta algunos pasajes de la vida de San Ignacio de Loyola, entre éstas el significado de la capilla del rapto: Ignacio durante sus oraciones que compartía con los peregrinos en Manresa, perdió la conciencia y durante ocho(8) dìas y ocho(8) se mantuvo inmóvil. Rematando el retablo está la pintura de La Virgen, el Niño y San José, atribuida al pintor Anton Van Dyck, aunque los estudios de la pintura observaron  sobre un fondo oscuro la firma de un pintor santafereño Juan Frco Ochoa Faciebat.

Detalle de la capilla del rapto, en su estructura se enlazaron pinturas y escultura, al fondo en pintura el coro de la capilla de Santa Lucía, y a los lados dos cuadros: uno, el hospital y otro un paisaje con el río Cardoner, referenciando la cueva donde San Ignacio oraba.
En la parte de arriba del cuadro vemos emblemas con epigramas, destacables dos: "GLADIUS FPIRITUS QUOD EFT VERBU DEI", cuya traducción es "La espada del espíritu es la palabra de Dios" y "AD DEI MAIO GLORIAM RIAM" cuyas iniciales las vemos en muchas partes del templo, A.M.D.G., traducida es "Para la mayor gloria de Dios" 
Pero algo curioso resulta en el sol en su parte central en símbolos del Judaísmo el tetragrámaton de la palabra YHVH,  Yahveh Dios de Israel el cual se representa por 
 Y traduce "MI SEÑOR"

Capilla de San Francisco de Borja, escultura de Pedro Laboria siglo XVIII, a la izquierda San Francisco de Asís y a la derecha San Luis Gonzaga
Detalle ático, pintura titulada "La imposición de la casulla a San Ildefonso"



Altar lateral de Nuestra Señora de Loreto 1710, la Virgen subida sobre la casa que habitó en Nazaret y ocurrió La Anunciación. A su lado están Santa Ana y San Joaquín; arriba en el segundo cuerpo, San Juan Evangelista y San José con el Niño a los lados de La Anunciación de la Virgen. 

Altar ricamente decorado de Nuestra Señora de Loreto.

Ático del altar de Nuestra Señora de Loreto, al centro la Anunciación a María, acompañada de San Juan Evangelista y San José con el Niño

Banco del altar de Nuestra Señora de Loreto, mostrando episodios de la vida de la Virgen María.

Detalle de Arcángel en madera dorada, policromada y estofada sosteniendo un escudo o medallón el cual dice. "El Excelentísimo y Reverendo Señor Arzopispo Monseñor don Fray Francisco del Rincón, concede cuarenta días de indulgencia a los que rezaren una salve en este altar de Nuestra Señora de Loreto."


Detalle Arcángel en iguales condiciones del anterior sosteniendo un medallón el cual reza así:"Dios te salve hija de Dios Padre

                         Dios te salve Madre de Dios Hijo

                        Dios te salve esposa de espíritus

                      Dios te salve templo y sagrario

            de la Santísima Trinidad.

Padre nuestro y Ave María cada vez que se rezaren a la Virgen de Loreto se gana indulgencia plenaria 
 
Altar lateral de Nuestra Señora de la Strada o "Nuestra Señora del camino", patrona de la Compañía de Jesús.
La imagen original de esta "Virgen del camino" es un anónimo de bla escuela romana pintada entre los siglos XV y XVI.
En el ático cuadro de "El buen Pastor", nos recuerda la parábola de la oveja descarriada. 

Altar del siglo XVII, dedicado al S.J. San Pedro Claver Corberó, óleo que nos recuerda su vida dedicada a calmar el sufrimiento de los esclavos en el puerto negrero de Cartagena.
Llegó a Santafé en 1611, en 1616 se trasladó a Catagena, donde dedicó cuarenta años de su vida religiosa a catequizar a todos aquellas personas provenientes del Congo, Guinea y Cabo Verde. Murió en Cartagena en 1654, canonizado el 13 de enero de 1888 por el Papa León XIII

Altar de San José acompañado por dos santos jesuitas: San Luis Gonzaga(1568-1591), patrono de la juventud y de los novicios de la Compañía de Jesús, canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII  y San Estanilao de Kotska81550-1568), la imagen con el Niño Jesús se relaciona con la aparición de la Virgen cuando estaba enfermo y le entrega al Niño Jesús.
En la parte superior del retablo vemos la escultura de el "Niño Concepcionista", sosteniendo el mundo con la mano izquierda y con la derecha hace un gesto de bendición.

Altar de 1743 de Santa Margarita de Alacoque(1647-1690) , acompañada a sus lados de cuatro relicarios: a su izquierda por Santa Ciríaca de Roma y San Tiberio;  a la derecha San Linardo obispo. Algunos de estos relicarios ya no tienen su inscripción y se dificulta su nombre. Sinembargo se me comenta que allí est{an sin precisar cual es: San Alejandro y San Sorciano Abad

Ático del altar de Santa Margarita de Alacoque, en el centro imagen de Santa Ciríaca de Roma, en su costado derecho se alojan tres santos y al  izquierdo  otros tres santos.

Detalle escultura de Santa Margarita de Alacoque

Detalle altar de Santa Margarita de Alocoque

Detalle altar de Santa Margarita de Alocoque 

Altar de Santa Ana siglo XVIII, vemos que a lops lados de la escultura de Santa Ana en ambos lados seis pinturas, de la cuales las dos de la parte superior fueron robadas en 2009, correspondían a Santa Bárbara y Santa Catalina de Alejandría.
A la izquierda tenemos a la Dolorosa y San Ignacio de Loyola sosteniendo un libro abierto, donde se lee Ad Maiorem Dei Gloriam regvla societas(sociedad para  mayor gloria de Dios toda la verdad) o también es muy común la abreviatura A.M.D.G.A la derecha el Señor de la Caña y San Francisco Javier

Altar de las Reliquias de finales del siglo XVII para acoger los relicarios provenientes de Roma en diferentes fechas del siglo XVII. En la parte central cuatro pinturas al óleo, las cuales hacen parte de cuatro puertas plegables(ver siguiente foto), que resguardan las reliquias de los cuatro santos pintados en las puertas; de izquierda a derecha  San Cosme con su atributo de una caja de medicamentos, San Esteban protomártir, San Fortunato y San Damián con su libro de fórmulas médicas.
En la siguiente foto vemos el altar de las Reliquias abierto, el cual  destaca en su centro una cruz de ébano que contiene el santo Lignum(leño de la cruz en la que murió Cristo), desde  1619 reposa en el templo. Además me informan que permanecen allí treintra y tres reliquias de santos.

 

Aquí vemos el altar de las Reliquias
                                 Culto a las Reliquias, ver link                          https://zaguan.unizar.es/record/79657/files/BOOK-2019-034.pdf
                                                                 
Detalle central Cruz de ébano no visible al público, altar de los Relicarios
    
                                                                            
Remate del retablo de las Reliquias donde se alojan cinco esculturas en sus nichos con sus respectivos espacios en el pecho para guardar las reliquias de su santidad terrenal. De izquierda a derecha, no identificado, San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola, San Estanislao de Kostka y San Francisco de Borja.

Detalle de alas plegables altar de los Relicarios

Detalle banco altar de los Relicarios con escenas de santos pintadas


martes, 31 de marzo de 2020

SEMANA SANTA
Tiempo litúrgico dedicado a la oración y reflexión en los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de jesús.
Inicia domingo de ramos.
Termina domingo de pascua.

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR.
Procesión conmemorando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, alabado como rey con cantos y palmas.
Durante la procesión se bendicen los ramos, se asperjan con agua bendita en silencio; durante la peregrinación se cantan salmos, antífonas y el himno a Cristo Rey:
HIMNO A CRISTO REY

"Tú reinarás, este es el grito
que ardiente exhalan nuestra fe
Tú reinarás, oh Rey Bendito
pues tú dijiste ¡Reinaré!

Coro:
Reine Jesús por siempre
Reine su corazón
en nuestra patria,
en nuestro suelo
que es de María
la nación

Tu reinarás, dulce esperanza,
que el alma llena de placer;
habrá por fin paz y bonanza,
felicidad habrá doquier

Tu reinarás en este suelo,
te prometemos nuestro amor,
Oh buen Jesús, danos consuelo
en este valle de dolor

Tú reinarás, Reina y ahora,
en esta casa y población
ten compasión del que implora
y acude a ti en la aflicción.

Tú reinarás toda la vida
trabajaremos con gran fe
en realizar y ver cumplida
la gran promesa: ¡Reinaré!

Que viva mi Cristo

Que viva mi Cristo que viva mi rey
Que impere doquiera triunfante su ley
Que impere doquiera triunfante su ley
Viva Cristo Rey. Viva Cristo Rey.

Mexicanos un Padre tenemos
Que nos dio la patria la unión
A ese Padre gozosos antemos,
Empuñando con fe su pendón

El formó con voz hacedora
cuanto existe debajo del sol
De la inercia y la nada incolora
formó luz en candente arrebol

Nuestra Patria, la Patria querida,
que arrulló nuestra cuna al nacer
A Él le debe cuanto es en la vida
Sobretodo el que sepa creer

Del Anahuac inculto y sangriento,
en arranque sublime de amor,
formó un pueblo, al calor de su aliento
que lo aclame con fe y con valor

Su realeza proclame doquiera
este pueblo que en el Tepeyac,
tiene enhiesta su blanca bandera,
a sus padres la rica heredad

En vano que cruel enemigo
nuestro Cristo pretende humillar
de este rey llevarán el castigo
los que intenten su nombre ultrajar."
                       Se alterna con antífona: "Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, aclamando y diciendo: Hosanna en el cielo" y según las circunstancias se puede alternar con el SALMO 23
 
Luego de la procesión se procede a la misa normal, la cual contiene el evangelio de la Pasión de Cristo según: Mateo 26 o Marcos 14 o Lucas 22 o Juan 23. Acá les muestro un resumen abreviado del evangelio:


Jesús anuncia a sus Apóstoles su Pasión, Muerte y Resurrección:

Pocos días antes de la Fiesta de la Pascua, Jesús dijo a los doce Apóstoles: Vamos a subir a Jerusalén. Allí me entregarán en manos de los sumos sacerdotes y de los doctores de la Ley. Me condenarán a muerte y me entregarán a los Romanos. Ellos se burlarán de Mí, me escupirán, me azotarás y me matarán. Pero, a los tres días, Yo resucitaré. (Mc. 10, 32-34)
Judas, uno de los Apóstoles, traiciona a su Señor:
Dos días antes de la Fiesta de Pascua se reunieron los sumos sacerdotes y los doctores de la Ley. Desde hace tiempo buscaban una ocasión para apresar a Jesús y matarlo. Uno de los doce Apóstoles, Judas Iscariote, fue a los sacerdotes y les dijo: Estoy dispuesto a entregarles a Jesús. A ellos les encantó oír esto y le prometieron una buena recompensa: treinta monedas de plata. Desde aquel momento, Judas buscaba la ocasión para entregar a Jesús. (Mc. 14, 1-2 y 10-11)
Jesús ora en el Monte de los Olivos:

Después de la Ultima Cena, en la que Jesús había celebrado con sus discípulos la Fiesta de Pascua, Jesús se dirigió a un huerto que había en el Monte de los Olivos. Tres de sus Apóstoles estaban con El. Al llegar allí, les dijo Jesús: Orad para ser fuertes en la tentación. Después Jesús entró al huerto solo. Allí se arrodilló y oraba de esta manera: Padre, si quieres puedes quitarme este sufrimiento y la muerte. Pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
En su angustia, Jesús oraba tan insistentemente, que su sudor era como gotas de sangre que caían hasta el suelo. Finalmente, se levantó y volvió a donde estaban sus discípulos. Pero los Apóstoles dormían. Jesús les dijo: ¿Por qué duermen? Estén dispuestos y oren para resistir la prueba que ha de llegar.
Todavía estaba Jesús hablando con ellos, cuando unos hombres entraron en el huerto. Los guiaba Judas Iscariote. Este se acercó a Jesúspara darle un beso de saludo. Jesús preguntó: Judas, ¿me vas a entregar con un beso?
Enseguida los que acompañaban a Judas pusieron preso a Jesús.
Jesús ante el Consejo Supremo (Sanedrín) de los judíos:

A la mañana, se reunieron los ancianos del pueblo, los sumos sacerdotes y los doctores de la Ley para interrogar y acusar a Jesús: Si eres Tú el Salvador prometido por Dios a su Pueblo, dínoslo. Jesús respondió: Aunque se los dijera, no me creerían. Y si le hiciera una pregunta, no me responderían. Pero pronto el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha de Dios. Entonces le preguntaron: ¿Así que tú eres el Hijo de Dios? Jesús replicó: Ustedes mismos lo están diciendo: lo soy. Entonces exclamaron todos: Ya no necesitamos testigos. Todos hemos oído lo que ha dicho. (Lc. 22, 67-71).
Jesús ante Pilato:

Los jefes del pueblo llevaron a Jesús ante el Gobernador Romano: Poncio Pilato, porque era el que tenía autoridad para mandarlo a matar. Le acusaron: Este hombre está alborotando al pueblo. Afirma que El es el Salvador, el Rey. Pilato preguntó a Jesús: ¿Tú eres Rey? Jesús contestó: Mi Reino no es de este mundo. Si así fuera, mis servidores habrían luchado por defenderme. Yo soy Rey y he venido al mundo para dar testimonio de la Verdad. Todo el que se interesa por la verdad escucha lo que Yo digo. Entonces Pilato preguntó: ¿Qué es la Verdad?
Pilato dijo a los que acusaban a Jesús: No veo ninguna razón para declararlo culpable. Todos los años, en Pascua, concedo la libertad a un preso. ¿Indultaré este año al Rey de los Judíos? Contestaron a gritos: ¡No, a Jesús no! ¡Indulta a Barrabás! Barrabás era un bandido. Pero Pilato dejó en libertad a Barrabás y ordenó que azotaran a Jesús, a ver si los acusadores de Jesús se conformaban con ese castigo.
Los soldados romanos, no sólo lo azotaron, sino que –para burlarse- tejieron una corona de espinas y la colocaron brutalmente sobre la cabeza de Jesús. Luego le echaron sobre los hombros un manto rojo y se burlaban de El: ¡Ave, Rey de los Judíos! Y, además, le daban bofetadas.
Pilato presentó a Jesús a sus acusadores y les dijo: Miren, miren a este Hombre. Pero ellos gritaban más duro: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato dijo: Yo no encuentro ninguna razón para condenarlo. Pero ellos le replicaron: Ha dicho, refiriéndose a sí mismo, que es el Hijo de Dios. Y estuvieron amenazando a Pilato de acusarlo con el Emperador romano, hasta que éste tuvo miedo y condenó a Jesús a morir en la cruz. (Jn. 18, 28 a 19, 16).
Jesús muere en la Cruz:

Jesús cargó con su cruz hasta las afueras de Jerusalén, hasta lo alto de la colina que se llamaba Gólgota. Allí lo clavaron en la Cruz. Con él fueron también ejecutados dos ladrones, uno a la izquierda y otro a la derecha de Jesús.
Pilato ordenó que clavaran en lo alto de la Cruz un letrero que decía: Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos. Los sumos sacerdotes no les gustó el letrero y pidieron a Pilato que pusiera: El que decía ser el Rey de los Judíos. Pero Pilato no quiso cambiar nada.
Al pie de la Cruz estaba María, la Madre de Jesús y tres mujeres más. También estaba el Apóstol San Juan al lado de su Madre.
Antes de morir, Jesús, sabiendo que había cumplido ya todo, dijo: Todo está cumplido. Entonces con un fuerte grito, inclinó la cabeza y murió. (Jn. 19, 17-30).
Jesús es sepultado:

José de Arimatea, persona importante, miembro del Consejo Supremo de los Judíos, pero que era también seguidor de Jesús y esperaba que se estableciera el Reino de Dios, fue al atardecer a Pilato y le pidió: Permíteme bajar de la cruz a Jesús y darle sepultura. Pilato le dio permiso para sepultar el cuerpo de Jesús. José compró un lienzo, descolgaron de la cruz el cuerpo de Jesús, lo envolvió en el lienzo y lo pusieron en un sepulcro excavado en la roca. Después se colocó una gran piedra para tapar la entrada del sepulcro.
*****
LUNES SANTO
Misa normal cuyas lecturas son:

Lectura del libro de Isaías 42, 1-7
Así dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo;mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará,
hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.»
Así dice el Señor Dios, que creó y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su
vegetación,
dio el respiro al pueblo que la habita y el aliento a los que se mueven en ella:
«Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano,
te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la
mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial Sal 26, 1. 2. 3. 13-14 (R/.: 1a)

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi
vida, ¿quién me hará temblar? R/.
Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos? enemigos y
adversarios, tropiezan y caen. R/.
Si un ejército acampa contra mi, mi corazón no tiembla;si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Versículo antes del evangelio
Salve, Rey nuestro,
solamente tú te has compadecido de nuestros errores.

EVANGELIO DE LA MISA

Lectura del santo evangelio según san Juan 12,1-11

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien habla
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena;Marta servia, y Lázaro
era uno de los que estaban con el a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, autentico y costoso, le ungió a Jesús los
pies y se los enjugo con su cabellera. Y la casa se lleno de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
—«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a
los pobres?»
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón;y como
tenía la bolsa llevaba lo que iban echando.
Jesús dijo:
—«Déjala;lo tenía guardado para el día de mi sepultura;porque a los pobres los
tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por
Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos,
por su causa, se les iban y creían en Jesús.

MARTES SANTO
Misa normal cuyas lecturas son:







Lectura del libro de Isaías (49,1-6):
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos:
El Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
- «Tú eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor,el que me formó desde el vientre como siervo suyo, para que le devolvise a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza:
- «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL

Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17

R/.
 Mi boca contará tu salvación, Señor
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.
Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

EVANGELIO DE LA MISA

Lectura del santo evangelio según san Juan (13,21-33.36-38):

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
- «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
- «Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
- «Lo que vas hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me busca¬réis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
"Donde yo voy, vosotros no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
- «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
- «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
- «¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».

Palabra del Señor

MIÉRCOLES SANTO
Misa normal cuyas lecturas son:

Lectura del libro de Isaías 50, 4-9a
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una
palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los
iniciados.
El Señor me abrió el oído;yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que
me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba;no me tapé el rostro ante
ultrajes ni salivazos.
El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes;por eso endurecí el rostro como
pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí?? Comparezcamos juntos.
¿Quién tiene algo contra mi? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién
me condenará?

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial Sal 68, 8-10. 21-22. 31 y 33-34 (R/.:14c y b)
R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor.
Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para
mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre;porque me devora el celo
de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.
La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero compasión, y no la hay; consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre. R/.
Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. Miradlo, los humildes, y alegraos, buscad
 al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/.

Aclamación del Evangelio

Versículo antes del evangelio
Salve, Rey nuestro,
solamente tú te has compadecido de nuestros errores.

EVANGELIO DE LA MISA

Lectura del santo evangelio según san Mateo 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos
sacerdotes y les propuso:
—«¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando
ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
—«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó:
—«Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está
cerca;deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
—«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
—«¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió:
—«El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del
hombre se va, como está escrito de él;pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del
hombre!;más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
—«¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió:
—«Tú lo has dicho.»

A partir del jueves santo comienza el triduo pascual, los tres(3) días más importantes de la liturgia católica y con la cual finaliza el tiempo de la  cuaresma : 1 día de triduo pascual jueves Santo; 2 día de triduo pascual viernes Santo; 3 día de triduo pascual sábado Santo:  Cuyo contenido "Es el memorial de un drama  de amor que nos evidencia que nunca seremos abandonados en las pruebas de la vida."


JUEVES SANTO
AQUÍ COMIENZA EL 1 DÍA DE TRIDUO PASCUAL
Celebraciones de este día:
1. MISA CRISMAL, celebrada en la mañana en las respectivas Diósecis los Obispos y sacerdotes en un altar, donde consagran los santos óleos(aceites), que se usaran durante el año en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden sacerdotal, Unción de los enfermos y otras celebraciones.

 Las lecturas de esta misa son:

2. Misa en la tarde durante la cual y antes del ofertorio se conmemora la Última Cena y el lavatorio de pies, igualmente la instuitución de la Eucaristía y el Orden sacerdotal. 

 Las lecturas de la misa vespertina son:
     
   

Primera  lectura del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis».

SALMO RESPONSORIAL

Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18 

R/. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R/.
Segunda lectura de la carta del apóstol Pablo a los Corintios 11,23-26
Hermanos:Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía». Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
EVANGELIO DE LA MISA

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».  
Además conmemoramos este día la noche de oración de Jesús en el Huerto de Los Olivos
EVAN

Marcos 14:32-42 

 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro».  Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.  «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen».
 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.  Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo,pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora?  Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
 Una vez más se retiró e hizo la misma oración. Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.  Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.  ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
MONUMENTO Y VISITA DE LAS SIETE IGLESIAS
Luego de la misa vespertina tiene lugar hacer un monumento para resaltar la Eucaristía, y exponerla de una manera solemne para la adoración de los fieles.
Es una tradición en nuestro medio visitar siete monumentos en templos diferentes, la razón de esto es: "los ires y venires de Jesús" la noche de su traición. 
1 Monumento. Recuerda el camino desde el cenáculo hasta el huerto de Getsemaní.
2 Monumento. Desplazamiento desde el Huerto de los Olivos a casa de Anás, donde Jesús fue interrogado. 
3 Monumento. Ruta a casa de Caifás donde Jesús sufrió insultos y escupitazos.
4 Monumento. Presencia de Jesús ante Poncio Pilato.
5 Monumento. Comparecencia de Jesús ante Herodes.
6 Monumento. Segunda presentación de Jesús ante Poncio Pilato, coronado de espinas y condenado a muerte.
7 Monumento. Periplo desde la casa de Poncio Pilato hasta el monte El Calvario.
Debo anotar que otros asemejan los siete monumentos con las siete iglesias descritas en el Apocalipsis de Juan: Iglesia de Efeso(iglesia que había dejado su primer amor), Iglesia de Esmirna(iglesia que sufriría persecución), Iglesia de Pérgamo(iglesia que necesitaba arrepentirse), Iglesia de Tiatira(iglesia que tenía una falsa profetisa), Iglesia de Sardis(iglesia que había quedado dormida), Iglesia de Filadelfia(iglesia que había perseverado pacientemente), Iglesia de Laodicea(iglesia con una fe tibia).
Esto nos indica las diferentes situaciones en que puede hallarse la iglesia en cualquier periodo de la historia. 

VIERNES SANTO 
2 DÍA DE TRIDUO PASCUAL: PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS
Momento culminante del amor de Jesús, día de silencio, de penitencia, ayuno y abstinencia.
No hay ofertorio, ni consagración de especies eucarísticas y se realiza comunión eucarística.
Veamos cada una de estas ceremonias
VIACRUCIS
En cada estación iniciamos con: "Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo." 

Al final del Viacrucis y de manera opcional leen la siguiente oración, la acomodo para que la lean:
En las horas de la tarde se da comienzo a:

LITURGIA DE LA PALABRA(2 lecturas, 1 salmo, 1 evangelio)
Lectura del libro de Isaías (52,13–53,12):

Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor. Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

Palabra de Dios

Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25
R/.
 Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

A ti , Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

Soy la burla de todos mis enemigos,
la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cacharro inútil. R/.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9):
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
Palabra de Dios

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1–19,42):

C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:

+ «¿A quién buscáis?»

C. Le contestaron:

S. «A Jesús, el Nazareno.»

C. Les dijo Jesús:

+ «Yo soy.»

C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:

+ «¿A quién buscáis?»

C. Ellos dijeron:

S. «A Jesús, el Nazareno.»

C. Jesús contestó:

+ «Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos»

C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste.» Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:

+ «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?»

C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.» Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada que hacía de portera dijo entonces a Pedro:

S. «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?»

C. Él dijo:
S. «No lo soy.»
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina. Jesús le contestó:
+ «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.»
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaban allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:
S. «¿Así contestas al sumo sacerdote?»
C. Jesús respondió:
+ «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?»
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S. «¿No eres tú también de sus discípulos?»
C. Él lo negó, diciendo:
S. «No lo soy.»
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
S. «¿No te he visto yo con él en el huerto?»
C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo:
S. «¿Qué acusación presentáis contra este hombre?»
C. Le contestaron:
S. «Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.»
C. Pilato les dijo:
S. «Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.»
C. Los judíos le dijeron:
S. «No estamos autorizados para dar muerte a nadie.»
C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús le contestó:
+ «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
C. Pilato replicó:
S. «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
C. Jesús le contestó:
+ «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
C. Pilato le dijo:
S. «Conque, ¿tú eres rey?»
C. Jesús le contestó:
+ «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»
C. Pilato le dijo:
S. «Y, ¿qué es la verdad?»
C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S. «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Volvieron a gritar:
S. «A ése no, a Barrabás.»
C. El tal Barrabás era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. «Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.»
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S. «Aquí lo tenéis.»
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:
S. «¡Crucifícalo, crucíficalo!»
C. Pilato les dijo:
S «Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.»
C. Los judíos le contestaron:
S «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.»
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. «¿De dónde eres tú?»
C. Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:
S. «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?»
C. Jesús le contestó:
+ «No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.»
C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. «Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el César.»
C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S. «Aquí tenéis a vuestro rey.»
C. Ellos gritaron:
S. «¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. «¿A vuestro rey voy a crucificar?»
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. «No tenemos más rey que al César.»
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.» Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:
S. «No, escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los judíos."»
C. Pilato les contestó:
S. «Lo escrito, escrito está.»
C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
S. «No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca.»
C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+ «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
C. Luego, dijo al discípulo:
+ «Ahí tienes a tu madre.»
C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
+ «Tengo sed.»
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+ «Está cumplido.»
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.» Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
Palabra del Señor

SERMÓN DE LAS SIETE PALABRAS

ORACIÓN UNIVERSAL
Monición: 
Todos los domingos, en la Eucaristía, después de escuchar la Palabra de Dios, levantamos los ojos y oramos por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero. Hoy, después de haber escuchado la narración emocionante de la Pasión del Señor, nuestra oración quiere ser más intensa que nunca.  Oremos hermanos con todo nuestro corazón para que nadie quede fuera de la vida que nace de la cruz de Jesucristo.
1. Por la Santa Iglesia
Oremos, hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos conceda la vida serena, para alabar a Dios Padre todo poderoso. (Pausa)
2. Por el Papa
Oremos también por nuestro santo padre el Papa Francisco, para que Dios nuestro Señor, que lo llamó de entre los obispos, lo asista y proteja para bien de la Iglesia, como guía y pastor del pueblo santo de Dios. (Pausa)
3. Por el Pueblo de Dios y sus Ministros
Oremos también por nuestro Arzobispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos, por los que ejercen algún ministerio en la Iglesia, y por todos los miembros del pueblo santo de Dios. (Pausa)
4. Por los Catecúmenos
Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente, y les comunique su amor; y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo Nuestro Señor. (Pausa)
5. Por la unidad de los cristianos
Oremos también por todos aquellos hermanos nuestros que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño, bajo un solo pastor. (Pausa)
6. Por los Judíos
Oremos también por el pueblo Judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en fidelidad a su alianza. (Pausa)
7. Por los que no creen en Cristo
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan encontrar el camino de la salvación. (Pausa)
8. Por los que no creen en Dios
Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan llegar así a conocer a Dios (Pausa)
9. Por los gobernantes
Oremos también por los jefes de Estado y todos los responsables de los asuntos públicos, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común, en un ambiente de paz y libertad. (Pausa)
10. Por los que se encuentran en alguna tribulación
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todas sus miserias, dé salud a los enfermos y pan a los que tienen hambre, libre a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un pronto retorno a los que se encuentran lejos del hogar y la vida eterna a los moribundos. (Pausa)
ADORACIÓN DE LA CRUZ
*
         Este segundo link, corresponde al Himno de la cruz, uno de los             más bellos pasajes en relación con la Santa Veracruz(verdadera cruz)
       Lo anexo en español para que lo disfruten en su contenido:

Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, elijase la forma que se juzgue más apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
INVITATORIO AL PRESENTAR LA CRUZ
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla),
según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu Cruz adoramos" (p.302ss), los Improperios, u otros cánticos apropiados. Terminada la adoración, la cruz es
llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los ciriales o los candeleros a su lado.
IMPROPERIOS
Las partes que corresponden al primer coro se indican con el número 1; las que corresponden al segundo con el número 2; las que deben cantarse juntamente por los dos coros, con los
números 1 y 2. Algunos versos también pueden cantarse por dos cantores.
I
1 y 2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
1. ¿Porque yo te saqué de Egipto, tú le has preparado una cruz a tu Salvador?
2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
1. Hágios o Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
1. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.
1 y 2. ¿Porque yo te guié cuarenta años por el desierto, te alimenté con el maná y te introduje en una tierra fértil, tú le preparaste una cruz a tu Salvador?
1. Hágios O Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
l. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.
1 y 2. ¿Qué más pude hacer, o qué dejé sin hacer por ti? Yo mismo te elegí y te planté, hermosa viña mía, pero tú te has vuelto áspera y amarga conmigo, porque en mi sed me diste de beber vinagre y has plantado una lanza en el costado a tu Salvador.
1. Hágios o Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
l. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.
II
Cantores:
Por ti yo azoté a Egipto y a sus primogénitos, y tú me has entregado para que me azoten.
1 Y 2 repiten:
Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
Cantores:
Yo te saqué de Egipto y te libré del faraón en el Mar Rojo, y tú me has entregado a los sumos sacerdotes.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te abrí camino por el mar, y tú me has abierto el costado con tu lanza.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te serví de guía con una columna de nubes, y tú me has conducido al pretorío de Pilato.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te di de comer maná en el desierto y tú me has dado de bofetadas y azotes.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te di a beber el agua salvadora que brotó de la peña, y tú me has dado a beber hiel y vinagre.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Por ti yo herí a los reyes cananeos, y tú, con una caña, me has herido en la cabeza.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo puse en tus manos un cetro real, y tú me has puesto en la cabeza una corona de espinas.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te exalté con mi omnipotencia, y tú me has hecho subir a la deshonra de la Cruz.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
HIMNO
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor Dulce leño, dulces clavos. Dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Canta, oh lengua jubilosa, el combate singular en que el Salvador del mundo, inmolado en una cruz, con su sangre redentora a los hombres rescató.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando Adán, movido a engaño, comió el fruto del Edén, el Creador, compadecido, desde entonces decretó que un árbol nos devolviera lo que un árbol nos quitó.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Quiso, con sus propias armas, vencer Dios al seductor, la sabiduría a la astucia fiero duelo le aceptó, para hacer surgir la vida donde la muerte brotó.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando el tiempo hubo llegado, el Eterno nos envió a su Hijo desde el cielo, Dios eterno como él, que en el seno de una Virgen carne humana revistió.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Hecho un niño está llorando, de un pesebre en la estrechez. En Belén, la Virgen madre en pañales lo envolvió. He allí al Dios potente, pobre, débil, párvulo.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando el cuerpo del Dios-Hombre alcanzó su plenitud, al tormento, libremente, cual cordero, se entregó, pues a ello vino al mundo a morir en una cruz.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Ya se enfrenta a las injurias, a los golpes y al rencor, ya la sangre está brotando de la fuente de salud. En qué río tan divino se ha lavado la creación.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Árbol santo, cruz excelsa, tu dureza ablanda ya, que tus ramas se dobleguen al morir el Redentor y en tu tronco suavizado, lo sostengas con piedad.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Feliz puerto preparaste para el mundo náufrago y el rescate presentaste para nuestra redención, pues la Sangre del Cordero en tus brazos se ofrendó.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Conclusión que nunca debe omitirse:
Todos:
Elevemos jubilosos a la augusta Trinidad, nuestra gratitud inmensa, por su amor y redención, al eterno Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. Amén.
SAGRADA COMUNIÓN
"Canta, lengua, la victoria del más glorioso combate, y celebra el noble triunfo de la cruz, y cómo el Redentor del mundo venció inmolado en ella" 

Se extiende un pequeño mantel sobre el altar y se colocan sobre él un corporal, un purificador y el libro. Se trae el Santísimo Sacramento del lugar donde se reservó y se deposita sobre el altar. Dos acólitos con candelabros encendidos acompañan al Santísimo Sacramento. Una vez depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y descubierto el copón, el sacerdote hace genuflexión. Ahí, teniendo las manos juntas, invita a decir la oración dominical (Padrenuestro).
C. Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
T. Padre nuestro ...
C. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Envía, Señor, sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos, haciendo genuflexión a la Cruz, se retiran en silencio. No se dan avisos. A su debido tiempo se desnuda de nuevo el altar.

SÁBADO SANTO
3 DÍA DE TRIDUO PASCUAL: VIGILIA PASCUAL
 

Hoy es día de silencio y de espera. Jesús, que compartió toda experiencia humana, pasa por la experiencia de la muerte. Con esperanza estamos junto al sepulcro, confiando en que la muerte no tendrá la última palabra. Ninguna celebración se realiza en este día. Será recién por la noche, entre el sábado y el domingo, la que nos permitirá celebrar el retorno de Jesús a la vida.
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y su Muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa, manteniendo el altar sin manteles hasta que, después de la solemne Vigilia o espera nocturna de la Resurrección, dé lugar a la alegría pascual cuya plenitud extenderá a lo largo de cincuenta días hasta Pentecostés.
En este día, la comunión sólo puede darse a modo de viático.
MISA DE LA VIGILIA PASCUAL 
En la solemne Vigilia Pascual, toda la Iglesia se alegra y canta con el triunfo de Jesús. En él, Dios Padre nos ha mostrado su voluntad de que la muerte no tiene la última palabra. Por eso, ésta es la noche para regocijarnos en el amor de Dios, amor que siempre quiere la vida, la libertad y la alegría. Muchos gestos acompañan el festejo de esta noche: el fuego de la luz nueva, el agua de la vida nueva, la Palabra, la eucaristía, el pregón pascual; en fin, todo aquello con lo cual queremos alabar a Dios y renovar nuestra vida de hijos e hijas de Dios.
Las distintas lecturas del Antiguo Testamento nos llevan a contemplar la obra del Padre a través de la historia. Él estuvo siempre presente con su voluntad de salvar a la humanidad. Salvar del pecado, de la opresión, de la desesperanza. Él dio siempre su Palabra para que su pueblo viva, y fue generoso al regalarnos su gracia. La resurrección de su Hijo Jesús y el don del Espíritu son su regalo más grande.

LITURGIA DE LA LUZ
Solemne comienzo de la Vigilia llamado Lucernario(celebración litúrgica que conmemora la Resurrección de Jesús y tiene lugar la noche del Sábado Santo a la madrugada del Domingo de Resurrección.)
BENDICIÓN DEL FUEGO Y PREPARACIÓN DELCIRIO

SALUDO DEL MINISTRO 
INTRODUCCIÓN DEL CELEBRANTE
Queridos hermanos: En esta noche santa en la que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a sus hijos diseminados por todo el mundo a que se reúnan y permanezcan en vela para orar. Si hacemos presente así la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y celebrando sus misterios, podemos abrigar la esperanza de compartir su triunfo sobre la muerte y de vivir siempre con él en Dios. 
BENDICIÓN DEL FUEGO
Oremos. Señor, Padre nuestro, por medio de tu Hijo que es la luz del mundo, has dado a los hombres la claridad de tu luz. Dígnate bendecir + esta llama que brilla en la noche y enciende en nosotros durante estas fiestas pascuales, un deseo tan grande del cielo, que podamos llegar con un corazón limpio a las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo nuestro Señor. 
El sacerdote enciende el cirio, valiéndose del fuego recién bendecido, mientras dice:
La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.

PROCESIÓN
En la procesión que iniciamos, Jesucristo nos precede como Luz que guía. Por eso toda nuestra celebración estará presidida por el cirio pascual, símbolo de Cristo Resucitado.
La luz de Cristo.
Y la asamblea contesta:
Demos gracias a Dios.
Todos avanzan hacia el templo totalmente a oscuras, precedidos por el diácono (o el sacerdote) con el cirio pascual. En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y, levantando el cirio, vuelve a cantar: 
La luz de Cristo.
Y la asamblea contesta:
Demos gracias a Dios.
Todos encienden sus velas de la llama del cirio pascual, y entran en la iglesia. 
Cuando ha llegado frente al, altar, el diácono se vuelve hacia la asamblea, y levantando de nuevo el cirio, canta por tercera vez:
 La luz de Cristo.
Y asamblea contesta:
Demos gracias a Dios.
Se encienden entonces todas las luces en la iglesia, excepto los cirios del altar, y se da inicio al pregón pascual.
LITURGIA DE LA PALABRA DE DIOS

 1ª LECTURA Génesis 1, 1-2, 2 
Al principio, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: "Que exista la luz". Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el primer día. Dios dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas". Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y éste separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el segundo día. Dios dijo: "Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme". Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: "Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla, y árboles frutales que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro". Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el tercer día. Dios dijo: "Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así sucedió. Dios hizo los dos grandes astros -el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el cuarto día. Dios dijo: "Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo". Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra". Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto día. Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo". Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra". Y continuó diciendo: "Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el sexto día. Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Palabra de Dios.
SALMO 103, 1-2a.5-6.10.12-14ab.24.35
R. Señor, envía tu Espíritu y renueva toda la tierra.
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te envuelves con un manto de luz. R.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos: ¡no se moverá jamás! El océano la cubría como un manto, las aguas tapaban las montañas. R. 
Haces brotar fuentes en los valles, y corren sus aguas por las quebradas. Las aves del cielo habitan junto a ellas y hacen oír su canto entre las ramas. R.
Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva. R.
¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas! ¡Bendice al Señor, alma mía! R.
ORACIÓN
Oremos: Padre eterno y todopoderoso, que actúas siempre con admirable sabiduría; concede a los hombres que has redimido comprender que la creación al principio del mundo no tiene mayor dignidad que el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

2ª LECTURA Génesis 22, 1-18
Dios puso a prueba a Abraham. "¡Abraham!", le dijo. Él respondió: "Aquí estoy". Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que Yo te indicaré". A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día, alzando los ojos, divisó el lugar desde lejos, y dijo a sus servidores: "Quédense aquí con el asno, mientras yo y el muchacho seguimos adelante. Daremos culto a Dios, y después volveremos a reunirnos con ustedes". Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. Isaac rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "Sí, hijo mío". "Tenemos el fuego y la leña -continuó Isaac- pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?". "Dios proveerá el cordero para el holocausto", respondió Abraham. Y siguieron caminando los dos juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el Ángel del Señor lo llamó desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!". "Aquí estoy", respondió él. Y el Ángel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único". Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a ese lugar: "El Señor proveerá", y de allí se origina el siguiente dicho: "En la montaña del Señor se proveerá". Luego el Ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: porque has obrado de esa manera y no me has negado a tu hijo único, Yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos, y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz". Palabra de Dios.
SALMO Sal 15, 5.8-11
R. Protégeme, Dios mío, porque en ti me refugio. 
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R. 
Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.
ORACIÓN
Oremos: Señor, Padre de los creyentes, al derramar la gracia de la adopción has multiplicado sobre toda la tierra los hijos de tu promesa, y por el misterio pascual, has hecho de tu servidor Abraham el padre de todas las naciones, tal como lo habías prometido. Concede a tu Pueblo saber también responder a tu Palabra. Por Jesucristo nuestro Señor.

3ª LECTURA Éxodo 14, 15-15, 1a
El Señor dijo a Moisés: "Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando Yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros". El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca. Las aguas se abrieron, y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar. Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. Además, frenó las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad. Los egipcios exclamaron: "Huyamos de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto". El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y sus guerreros". Moisés extendió su mano sobre el mar y, al amanecer, el mar volvió a su cauce. Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar. Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas. Ni uno solo se salvó. Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto. El pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor. Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:
SALMO Éx 15, 1b-6.17-18
R. Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria.
Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria: Él hundió en el mar los caballos y los carros. El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. Él es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. R. 
El Señor es un guerrero, su nombre es "Señor". Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército, lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo. R.
El abismo los cubrió, cayeron como una piedra en lo profundo del mar. Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza, tu mano, Señor, aniquila al enemigo. R.
Tú llevas a tu pueblo, y lo plantas en la montaña de tu herencia, en el lugar que preparaste para tu morada, en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos. ¡EI Señor reina eternamente! R.
ORACIÓN
Oremos: Señor, Padre nuestro, con la luz del Evangelio has dado su sentido a los milagros realizados en el Antiguo Testamento: reconocemos en el paso del Mar Rojo el anuncio del agua bautismal; y viendo al pueblo de Israel librado de la esclavitud de Egipto, comprendemos la liberación del pueblo cristiano. Haz que todos los hombres, gracias a la fe, participen del privilegio de Israel siendo hijos tuyos, y sean recreados al recibir tu Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor. 

4ª LECTURA Isaías 54, 5-14
Tu esposo es Aquel que te hizo: su nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo de Israel: Él se llama "Dios de toda la tierra". Sí, como a una esposa abandonada y afligida te ha llamado el Señor: "¿Acaso se puede despreciar a la esposa de la juventud?", dice el Señor. Por un breve instante te dejé abandonada, pero con gran ternura te uniré conmigo; en un arrebato de indignación, te oculté mi rostro por un instante, pero me compadecí de ti con amor eterno, dice tu redentor, el Señor. Me sucederá como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé no inundarían de nuevo la tierra: así he jurado no irritarme más contra ti ni amenazarte nunca más. Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti. ¡Oprimida, atormentada, sin consuelo! ¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas y por cimientos, zafiros; haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu contorno de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande la paz de tus hijos. Estarás afianzada en la justicia, lejos de la opresión, porque nada temerás, lejos del temor, porque no te alcanzará. Palabra de Dios.
SALMO Sal 29, 2.4-6.11-12a.13b
R. Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste.
Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. R.
Canten al Señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre, porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría. R.
Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor. Tú convertiste mi lamento en júbilo. ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente! R.
ORACIÓN
Oremos: Padre eterno y todopoderoso, por el honor de tu nombre multiplica la descendencia prometida a los patriarcas a causa de su fe, aumenta el número de tus hijos adoptivos, de tal manera que tu Iglesia vea, desde ahora, la realización de la promesa, de la cual no dudaron ni los mismos patriarcas. Por Jesucristo nuestro Señor.

5ª LECTURA Isaías 55, 1-11
Así habla el Señor: ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares. Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. Yo lo he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones. Tú llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica. ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca! Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes. Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho'germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Palabra de Dios.
SALMO Is 12, 2-6
R. Sacarán aguas con alegría de las fuentes de la salvación.
Éste es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. R.
Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. R. 
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel! R.
ORACIÓN
Oremos. Padre todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, que por la voz de tus profetas anunciaste los misterios de los tiempos presentes; alienta los deseos de tu pueblo, porque ninguno de tus fieles puede progresar en la virtud sin la inspiración de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.

6ª LECTURA Baruc 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, los mandamientos de vida; presta atención para aprender a discernir. ¿Por qué, Israel, estás en un país de enemigos y has envejecido en una tierra extranjera? ¿Por qué te has contaminado con los muertos, contándote entre los que bajan al abismo? ¡Tú has abandonado la fuente de la sabiduría! Si hubieras seguido el camino de Dios, vivirías en paz para siempre. Aprende dónde está el discernimiento, dónde está la fuerza y dónde la inteligencia, para conocer al mismo tiempo dónde está la longevidad y la vida, dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién ha encontrado el lugar de la Sabiduría, quién ha penetrado en sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce, la penetró con su inteligencia; el que formó la tierra para siempre, y la llenó de animales cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella sale, la llama, y ella obedece temblando. Las estrellas brillan alegres en sus puestos de guardia: Él las llama, y ellas responden: "Aquí estamos", y brillan alegremente para aquel que las creó. ¡Éste es nuestro Dios, ningún otro cuenta al lado de él! Él penetró todos los caminos de la ciencia y se la dio a Jacob, su servidor, y a Israel, su predilecto. Después de esto apareció sobre la tierra, y vivió entre los hombres. La Sabiduría es el libro de los preceptos de Dios y la Ley que subsiste eternamente: los que la retienen, alcanzarán la vida, pero los que la abandonan, morirán. Vuélvete, Jacob, y tómala, camina hacia el resplandor, atraído por su luz. No cedas a otro tu gloria, ni tus privilegios a un pueblo extranjero. Felices de nosotros, Israel, porque se nos dio a conocer lo que agrada a Dios. Palabra de Dios.
SALMO  18, 8-11
R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple. R.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos. R.
La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos. R.
Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal. R.
ORACIÓN
Oremos. Padre, que llamando a todos los hombres haces crecer sin cesar a tu Iglesia; defiende con tu constante protección a cuantos purificas con el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor.

7ª LECTURA Ezequiel 36, 17a.18-28
La palabra del Señor me llegó en estos términos: "Hijo de hombre, cuando el pueblo de Israel habitaba en su propio suelo, lo contaminó con su conducta y sus acciones. Entonces derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían derramado sobre el país y por los ídolos con que lo habían contaminado. Los dispersé entre las naciones y ellos se diseminaron por los países. Los juzgué según su conducta y sus acciones. Y al llegar a las naciones adonde habían ido, profanaron mi santo Nombre, haciendo que se dijera de ellos: 'Son el pueblo del Señor, pero han tenido que salir de su país'. Entonces yo tuve compasión de mi santo Nombre, que el pueblo de Israel profanaba entre las naciones adonde había ido. Por eso, di al pueblo de Israel: 'Así habla el Señor: Yo no obro por consideración a ustedes, casa de Israel, sino por el honor de mi santo Nombre, que ustedes han profanado entre las naciones adonde han ido. Yo santificaré mi gran Nombre, profanado entre las naciones, profanado por ustedes. Y las naciones sabrán que Yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando manifieste mi santidad a la vista de ellas, por medio de ustedes. Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo. Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes. Ustedes habitarán en la tierra que Yo he dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y Yo seré su Dios'".
Palabra de Dios.
SALMO  41, 3.5bcd; 42, 3-4
R. Mi alma tiene sed de Dios. 
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? R. 
¡Cómo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia la Casa de Dios, entre cantos de alegría y alabanza, en el júbilo de la fiesta! R.
Envíame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guíen a tu santa Montaña, hasta el lugar donde habitas. R.
Y llegaré al altar de Dios, el Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias con la cítara, Señor, Dios mío. R.
ORACIÓN
Oremos: Señor, Padre nuestro, poder que no se debilita y luz que no se apaga, mira con bondad a toda la Iglesia que es signo de salvación; continúa la salvación de los hombres ya que así lo has determinado desde toda la eternidad. Que el mundo entero reconozca esta maravilla: pues lo que había caído se ha levantado y lo que había envejecido se ha rejuvenecido, y todas las cosas han encontrado su belleza primitiva en aquel que es el principio de todo: Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 O bien (si hay bautizandos)
Oremos: Padre todopoderoso y eterno, hazte presente en estos misterios que manifiestan tu amor, y envía tu Espíritu de adopción para dar nueva vida a los pueblos que nacerán por causa tuya de la fuente bautismal; así por tu poder, los gestos de nuestro humilde ministerio lleguen a ser eficaces. Por Jesucristo nuestro Señor.


ORACIÓN COLECTA
Padre, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.

EPÍSTOLA Rom 6, 3-11
De la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección. Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado. Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios.
SALMO  117, 1-2.16-17.22-23
R. Aleluya, Aleluya, Aleluya.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! R.
La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. R. 
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. R.

Concluida la lectura todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos repiten:

Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Luego un salmista o un cantor entona el salmo, al que el pueblo responde con el Aleluya. Si es necesario, el Aleluya inicial es cantado por el mismo salmista. 
Para proclamar el Evangelio no se llevan cirios, sino sólo el incienso, si se usa.

EVANGELIO Mateo 28, 1-10
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: "No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba y vayan en seguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán". Esto es lo que tenía que decirles". Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y corrieron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán". Palabra del Señor.

LITURGIA BAUTISMAL
La liturgia bautismal contiene dos temas fundamentales: la Resurrección y el Bautismo. Ambos se complementan siendo uno símbolo del otro. La resurrección de Jesús por el bautismo, es real resurrección de Cristo en los cristianos.
LETANÍA DE LOS SANTOS
La liturgia bautismal tiene como preludio el canto de la letanía de los santos. Imploremos la intercesión de la comunidad de los santos, para que un día merezcamos compartir, en su compañía, la vida eterna y cantar las alabanzas del Señor.
LETANÍAS
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios. Ruega por nosotros.
San Miguel. Ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios. Rueguen...
San Juan Bautista. Ruega...
San José. Ruega...
Santos Pedro y Pablo. Rueguen...
San Andrés. Ruega...
San Juan. Ruega...
Santa María Magdalena. Ruega...
San Esteban. Ruega...
San Ignacio de Antioquía. Ruega...
San Lorenzo. Ruega...
Santas Perpetua y Felicitas. Rueguen...
Santa Inés. Ruega...
San Gregorio. Ruega...
San Agustín. Ruega...
San Atanasio. Ruega...
San Basilio. Ruega...
San Martín. Ruega...
San Benito. Ruega...
Santos Francisco y Domingo. Rueguen...
San Francisco Javier. Ruega...
San Juan María Vianney. Ruega...
Santa Catalina de Siena. Ruega...
Santa Teresa de Ávila. Ruega...
Todos los santos y santas de Dios. Rueguen...
Por tu bondad. Líbranos, Señor.
De todo mal. Líbranos, Señor.
De todo pecado. Líbranos, Señor
De la muerte eterna. Líbranos, Señor.
Por el misterio de tu encarnación. Líbranos, Señor.
Por tu muerte y tu resurrección. Líbranos, Señor.
Por la venida del Espíritu Santo. Líbranos, Señor.
Nosotros que somos pecadores, te pedimos. Escúchanos, Señor.

Si hay bautizandos:
Para que por la gracia del bautismo hagas renacer a estos elegidos tuyos. Escúchanos, Señor.

Si no hay bautizandos:
Para que con tu gracia santifiques esta fuente en la que han de renacer tus hijos.

Escúchanos, Señor.
Jesús, Hijo del Dios vivo. Escúchanos, Señor.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Si hay bautizandos, el sacerdote, con las manos juntas, dice la siguiente oración:

Padre todopoderoso y eterno, acompaña con tu poder los sacramentos de tu inmensa bondad y envía el espíritu de adopción para engendrar nuevos pueblos que la fuente bautismal dará a luz para ti, y así logre, con tu ayuda, plena eficacia, lo que obramos por nuestro humilde ministerio. Por Jesucristo nuestro Señor.

BENDICIÓN DEL AGUA COMÚN
Si no hay bautizandos ni se ha de bendecir el agua bautismal, el sacerdote bendice agua común con la siguiente oración:
Queridos hermanos: Invoquemos con humildad a nuestro Dios y Señor para que bendiga esta agua con la cual seremos rociados en recuerdo de nuestro bautismo. Que él nos renueve a fin de permanecer fieles al Espíritu Santo que hemos recibido.

Y después de una breve pausa de oración en silencio, con las manos juntas, prosigue:

Señor y Padre nuestro, en esta noche en que celebramos la maravilla de nuestra creación y la maravilla más grande aún de nuestra redención, dígnate bendecir esta agua. Tú la has creado para dar a la tierra su fecundidad y para dar a nuestro cuerpo frescura y limpieza. Tú has hecho de ella también el instrumento de tu misericordia; por ella has libertado a tu pueblo de la esclavitud y has apagado su sed en el desierto; por ella los profetas han anunciado la nueva alianza que tu querías sellar con todos los hombres; por ella que Jesús santificó en el Jordán, tú has renovado nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo nacimiento. Que esta agua, una vez más nos haga revivir y nos haga participar de la alegría de nuestros hermanos que han sido bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor.

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO
Queridos hermanos, (nosotros también) por el Misterio Pascual, hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo, a fin de que, vivamos una vida nueva. Por lo tanto, después de haber terminado el tiempo de la cuaresma, renovemos la renuncia a Satanás que hemos hecho en nuestro bautismo; renovemos nuestra profesión de fe en el Dios vivo y verdadero y en su Hijo Jesucristo, prometiendo servir fielmente a Dios en la santa Iglesia católica. Por lo tanto:
¿Prometen apartarse del pecado, para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Sí, prometemos.
¿Prometen rechazar todas las se-ducciones del mal, para que no domine en ustedes el pecado?
Sí, prometemos.
¿Prometen renunciar al demonio, padre y autor del pecado?
Sí, prometemos.
Después el sacerdote prosigue, diciendo:
¿Creen en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Sí, creemos.
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María Virgen, padeció y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Sí, creemos.
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la Vida eterna?
Sí, creemos.
Y el sacerdote concluye:
Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos hizo nacer de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en su gracia en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna.
El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras se entona un canto bautismal. Cuando el sacerdote concluye la aspersión, se hace la Oración universal, en la que participan por primera vez los recién bautizados.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre, recibe con estas ofrendas las oraciones de tu pueblo, de manera que lo que hemos comenzado a celebrar en los misterios pascuales nos aproveche como remedio para la eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8
Cristo, nuestra Víctima pascual, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, esta fiesta con los panes ácimos de la pureza y la verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, infúndenos tu espíritu de caridad para que saciados por ti con los sacramentos pascuales, permanezcamos unidos con la gracia de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Finaliza el Triduo Pascual y comenzamos un periodo litúrgico de cincuenta(50) días, como tiempo pascual, y termina con el domingo de Pentecostés.

PRIMERA LECTURA 

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

—Hermanos: Vosotros conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa
empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el
pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con Él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos.
El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen
en É l reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 117, 1- 2. 16ab-17. 22-23
R/. Este es el día en que actuó el Señor: Sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. (o, Aleluya)
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

  Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-4.
Hermanos :
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios;
aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto;y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando 
aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. 
Secuencia de la misa
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla
y, muerto el que es Vida,
triunfante se levanta.
¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
—A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
Amén. Aleluya.

Aclamación del Evangelio
Aleluya 1 Cor 5, 7b-8a
(Si no se canta, puede omitirse lo siguiente)
Aleluya Aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebremos la Pascua.
Aleluya.

EVANGELIO DE LA MISA

El había de resucitar de entre los muertos

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 1-9.
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún
estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús,
y les dijo:
—Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro;y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto
 la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino
enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro;vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.



Escenario geográfico de Jesús en Palestina
Tomado de NATIONAL GEOGRAPHIC 10/18/19

Sitios claves de la pasión
Juicio y Crucifixión




Finalmente a modo de ilustración una serie de mosaicos relativos al Viacrucis, para que los observen:
   


Finalizo esta Semana Mayor