SPOLIARIUM-MACELLUM BLOG DE MONCADA MEJÍA S.A.S.: 11/29/14

sábado, 29 de noviembre de 2014

IGLESIA DE SAN JUAN DE DIOS - BOGOTÁ-

Fachada noroccidental

La orden de hermanos hospitalarios de San Juan de Dios la fundó el religioso portugués Joao Cidade en 1537, en 1539 fundó en Granada España un hospital qu permitió el inicio de la orden hospitalaria San Juan de Dios.

En 1605 llegó un hermano de la orden de nombre Juan de Buenafuente a Santafé, tomando posesión del hospital de San Pedro, fundado por Fray Juan de los Barrios; anexa a éste construyeron una Capilla dedicada a San Felipe Neri entre 1723 a 1739. El éxito de los hermanos de San Juan de Dios durante las epidemias del siglo XVII y XVIII, les dió gran reconocimiento.

Escudo de los Juaninos o Juandedianos

A principios del siglo XVIII Fray Pedro Villamor y Fray Juan Antonio Guzmán iniciarón la construcciónde la iglesia San Juan de Dios.

La actual iglesia corresponde a la primera mitad del siglo XVIII, el patrimonio colonial tuvo grandes pérdidas por terremotos, robos, incendio y ampliación de la carrera 10.

No se sabe nombres de los constructores que iniciaron obra pero, si la certeza que Fray Domingo Petrés intervino la sacristía a finales del siglo XVIII, al igual que la comunicación de capillas laterales que hoy la conforman, corrigio presbiterio y el ábside.

Declarada monumento nacional el 11 de agosto de 1975 por decreto 1584.

Tiene tres naves con arquería de medio punto y lasd naves laterales se comunican con capillas laterales.

Fachada occidental con ventanales

Nave central, arriba bóveda de cañon

Altar principal,en el ara madera tallada y pintada, en la tarja una granada símbolo de fecundidad, de la unidad del universo y en el cristianismo de la Iglesia.

Óleo de "El triunfo de la Virgen del Carmen" de Ricardo Acevedo Bernal. Siglo XIX, ubicado en el presbiterio

Óleo sobre tela de San Vicente Ferrer, autor anónimo. Siglo XVIII, ubicado en el presbiterio

Óleos sobre tela de San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, autor anónimo .Siglo XX, ubicado en el muro testero altar principal

Retablo altar principal de madera tallada pintada y dorada. Autor anónimo, siglo XVIII

Retablo altar principal: Arriba óleo sobre tela de San Judas Tadeo. Autor anónimo, siglo XIX, abajo izquierda Escultura de Santo Domingo de Guzmán, a la derecha San Francisco de Asís

Elevación presbiterio

Altar principal nave lateral izquierda de San Judas Tadeo

Altar principal nave lateral derecha de San Juan de Dios

Retablo de San Antonio de Padua, óleo en tela autor anónimo. Siglo XVIII

Detalle óleo en tela de San Antonio de Padua

Pequeño cuadro en el altar de San Antonio de Padua y corresponde a San Juan de Dios, su autor Manuel Gómez Moreno.1880. La escena presenta a San Juan de Dios sacando enfermos en el trágico incendio del hospital de Granada

Retablo de San Francisco de Paula, tallado en madera policromada y encarnada por Pedro Liboria siglo XVIII. A la izquierda óleo sobre tela de San José y el Niño Jesús, siglo XVII, a la derecha óleo en tela de San Joaquín, siglo XVII

San Antonio de Padua

Pequeño cuadro en el altar de San Antonio de Padua y corresponde al El Divino Rostro de Yepes Arteaga, siglo XX

Retablo de Nuestra Señora de Los Dolores,en madera tallada y dorada del siglo XVIII. A la izquierda cuadro de San José y el Niño del siglo XVII, a la izquierda cuadro de Santa Bárbara del siglo XVII , parte superior retablo cuadro de El Niño de la Espina de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos siglo XVII .

Retablo del Señor Caído, óleo sobre tela siglo XVII. Ala izquierda óleo sobre tela de Santa Teresa de Ávila siglo XVII, a su derecha óleo de Santa Rosa de Lima siglo XVII, arriba óleo sobre tela de Santa Coleta siglo XVIII

Detalle óleo sobre tela de Santa Coleta, fue reformadora de la Orden de Santa Clara, beatificada en 1623 y canonizada en 1807

Retablo de La Santísima Trinidad, siglo XVIII. A la izquierda Nuestra Señora de La Gracia en yeso de Ariel Figueroa, siglo XXI. A la derecha Santa Ana, yeso encarnado, policromado y esgrafiado,siglo XVII. Arriba en madera tallada, policromada y encarnada San Roque de Montpellier

Retablo de La Inmaculada, siglo XVIII. A la izquierda Santa Margarita María de Alocoque en madera tallada y pintada. A la derecha San Juan Nepomuceno, madera tallada y policromada, siglo XIX. Arriba óleo sobre tela San Pedro de Alcántara, siglo XVII.

Pequeño cuadro en el retablo de La Inmaculada y corresponde a San Nicolás de Tolentino, siglo XIX

Nave izquierda

Púlpito en madera tallada y dorada de autor anónimo, siglo XVIII

Tornavoz en madera tallada y dorada, coronando Arcángel San Rafael, siglo XVIII

Bóveda presbiterio

Bóvedas nave central y presbiterio separadas por el arco toral

Sotocoro

Bóveda de arcos entrecruzados, al fondo cuadro al óleo sobre tela de San Francisco, siglo XX

Cancel en madera pintada

Elevación nave central y sotocoro

Detalle arquería de medio punto y cuadros en óleo abajo de la bóveda nave central

Detalle cuadro de San Cayetano, siglo XVIII, copia de la lactancia mística de San Cayetano

óleo sobre tela del Señor de la columna, Xsiglo XVII

óleo sobre tela de San Juan Nepomuceno, siglo XVIII

Disposición de cuadros nave central

Pila Bautismal, a mi modo personal parece un escudo trinitario con la cruz del hijo encarnado y la Corona del Creador Padre

Elevación nave central

Óleo sobre tela de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono de

los obispos de América, siglo XVIII, ubicado muuro superior

JUDAS ISCARIOTE

"La verdad es el alma de los honestos. La mentira, el alma de los cobardes. La traición, el alma de los miserables." Víctor Hugo. El Averno de Dante Dante Alighieri en su memorable libro La divina comedia reserva a los traidores el último círculo del infierno, en donde tienen un apartado especial los tres canallas supremos de la historia: Judas Iscariote, Casio y Brutus (los asesinos de Julio César). Dante dividió La divina comedia en tres secciones: Inferno, Purgatorio y Paradiso. «Inferno», escrita a principios del siglo XIV fue, con mucho, la más leída y memorable. En el mundo de Dante, la traición es uno de los siete pecados capitales (el peor de ellos, en realidad), castigado con el noveno círculo del infierno, ejemplificado en el acto de traicionar al ser amado. El acto más conocido fue, el pecado de la traición de Judas a Jesús, una infamia que Dante consideraba tan vil que confinó a Judas a una región situada en el centro mismo del infierno y que llamó Judeca (en honor a su huésped más indigno). El escritor y poeta florentino redefinió la percepción medieval de la condenación eterna. Nunca antes el concepto de infierno había cautivado a las masas de un modo tan intenso. La obra de Dante convirtió el concepto abstracto en algo aterrador. Era una visión visceral, palpable e inolvidable del inframundo. Tras la publicación del poema, las iglesias católicas disfrutaron de un inusitado incremento en la asistencia de «pecadores aterrados» que querían evitar caer en la versión del Averno según la dantesca concepción.

OMAR ORTIZ. Pintor Mexicano

Nace en Guadalajara, Jalisco, México en 1977, donde aún reside. Despierta un gran interés por el dibujo y la ilustración desde temprana edad. Cursa la Licenciatura en Diseño para la Comunicación Gráfica, donde aprende a trabajar con diferentes técnicas como el dibujo, pastel, carboncillo, acuarela, acrílico, y la aerografía. Al terminar sus estudios de Diseño Gráfico decide dedicarse al mundo de la pintura. En el año 2002 Cursa sus primeras clases de Oleo con la Pintora Carmen Alarcón a la cual considera su principal maestra de Artes Plásticas. Actualmente Pinta al Oleo por considerarla la técnica más noble “Desde que comencé a pintar siempre he tratado de representar las cosas lo mas real que puedo, algunas veces lo logro y otras no pero lo que es un hecho es que para mi es muy dificil hacer lo contrario. Disfruto mucho el reto de reproducir los tonos de la piel con luz natural y los matices que nos brinda, particularmente en ambientes muy iluminados. Me gusta mantener la simplicidad en las piezas ya que creo que los excesos nos vuelven más pobres que ricos.”

CORCELES Y CARROS DE FUEGO

Representa la gran guerra entre Dioses y titanes, un gran número de córceles que arrastraban el carro de Helios. Se desconoce el motivo por el cual al final únicamente quedaron tres, y tampoco se conocen sus identidades. Entre los cuatro hermanos, Boreas parece ser el más poderoso e importante, se le representa con apariencia humana, y no como un caballo como el resto de sus hermanos. Cuando el titán Atlas raptó de los cielos a Helios, el Dios del Sol, los Córceles de fuego sin su amo para gobernarlos, llevaron al carro del Sol a la tierra, aterrizando en las proximidades de la ciudad de Maratón. Adentrándose en el templo de Helios, situado en el propio carro del Sol, Kratos debe buscar y despertar a los tres córceles, los únicos capaces de localizar el paradero actual de su dueño e ir hacia él. Para ello Kratos debe liberar sus espíritus, que cada uno de ellos guarda reposo en tres estatuas en su honor repartidas por el templo. Al despertarlos, los córceles de fuego llevan el carro, con Kratos montado en el al inframundo, el lugar donde mantienen preso a Helios. Impedida su entrada al Hades, al ser seres de luz, los córceles son obligados a abandonar a su suerte el carro del Sol y, por consiguiente a Kratos. Los córceles de fuego aparecen, cuando son convocados por Helios para luchar contra los titanes que escalan el monte Olimpo. Más tarde, el Dios Sol montado en su carro llevado por los córceles lucha contra el poderoso titán Perses; cuando Kratos daña el carro, gracias al uso de una ballesta

Facebook Hotmail

sábado, 29 de noviembre de 2014

IGLESIA DE SAN JUAN DE DIOS - BOGOTÁ-